La megacompra de medicinas impulsada por el IMSS por un monto de 1,400 millones de pesos abrió una brecha entre los generales. Luis Cresencio Sandoval había asumido el compromiso frente a Andrés Manuel López Obrador de que Birmex, ahora bajo la órbita militar, quedaría a cargo de toda la distribución de medicinas en México. Pero no será así.

Fueron dos empresas privadas las que ganaron los 11 contratos para la logística, recepción, almacenamiento, distribución y recolección de hasta 282 millones de piezas de medicamentos, y hasta 14,162 toneladas de materiales de curación en 11 regiones de México.

El consorcio de las empresas Almacena y Distribución Avior asociada con Logística y Transporte para la Industria de la Salud (conocida como Medistik), ganó siete contratos hasta por 970 millones de pesos. Medica Farma Arcar, en tanto, ganó los cuatro contratos restantes, hasta por 411 millones de pesos, y controlará todos los estados de la frontera norte y el Bajío. 

Según desliza Sandoval, el problema en Birmex es que el general Jens Pedro Lohmann tiene prácticamente detenido el flujo de pagos a proveedores en la paraestatal. Esto, sumado a otras desinteligencias, le habría impedido asumir un rol preponderante en el mercado.

López Obrador pretendía fundamentalmente controlar la distribución en medicinas en CDMX y Edomex porque entiende que buena parte de los votos perdidos por la 4T en esos distritos tienen que ver con la falta de abasto de medicamentos.

Lohmann, por su parte, carga las tintas contra su antecesor Pedro Zenteno, que dejó sumida a Birmex en un descontrol administrativo y que solo se dedicó a hacer contactos para su ambición cada vez más visible: disputar la candidatura de Morena a la gubernatura del Edomex en 2022.

El conflicto entre Lohmann y Sandoval comienza a tensionar el escenario rumbo al mes de noviembre, cuando los ascensos militares de ese momento comiencen a dar pistas de la sucesión en las Fuerzas Armadas de cara al 2024.