Los últimos días tuvieron lugar diversos conciliábulos que terminaron por definir el recambio de autoridades en Caintra NL. Esos encuentros fueron ilustrativos no tanto por la decisión en favor de Jorge Santos, sino también por la especulación de corte electoral hacia el 2027.

Se realizaron diversas estrategias, pero, fundamentalmente, en una reunión que tuvo lugar la semana pasada en la casa de un importante editor, se revelaron dos encuestas donde la prominencia de Morena hacia la elección a gobernador es absoluta.

Así como hace seis meses en esos encuentros se hablaba a favor de la sociedad entre el PRI y el PAN, ahora comienza a ganar terreno la idea de una fusión del PAN con MC. Debe decirse: la imagen de Alejandro Moreno Cárdenas, en ese mundo mínimo pero influyente, se ha desplomado por completo desde la última elección presidencial cuando ninguno de los pálpitos de Alito se cumplió.

Combinar al PAN con MC y unificar el voto de clase media para enfrentar a Morena asoma como una salida entendible salvo por el detalle de que el candidato de esa fórmula no aparece.

Hasta hace un mes se habló del alcalde Mauricio Fernández, que hasta habría recibido el aval de su histórico adversario, Fernando Elizondo. Sin embargo, la evolución de su situación personal complica la estrategia.

También se encuentra sobre la mesa el nombre de Luis Donaldo Colosio, que despliega un papel aceptable como senador y que en, en el último tiempo, ha recuperado su relación con el gobernador Samuel García.

Estos intercambios contemplan, además, que sin alianza con el PAN el alcalde regio Adrián De la Garza desistirá de la candidatura para recalar como fiscal estatal. Entendible: los hombres de negocios siempre prefirieron la faceta policial de De la Garza, mucho más que la del político o candidato.

Son cálculos serios pero sin desesperación. Los principales magnates de la entidad conocen y tienen diálogo con el senador Waldo Fernández, el alcalde Andrés Mijes y con Clara Luz Flores, que despacha en Bucareli. El problema de la clase empresarial con Morena, actualmente, más que ideológico es transaccional: se entiende que el empresariado le ha dado un respaldo total al Gobierno en su tensión con Washington y que esas acciones, de momento, no han sido correspondidas más allá de no impulsar una agresiva reforma fiscal.