Ernesto Canales acaba de publicar su último libro "Hay justicia" en el que da cuenta de su trayectoria en los tribunales y las diversas peripecias desde su carrera como litigante hasta su experiencia en Nuevo León, donde se desempeñó como subprocurador Anticorrupción en el sexenio de Jaime Rodríguez Calderón.

En conversación con LPO, analiza su experiencia en la investigación contra el exgobernador Rodrigo Medina, cuestiona el comportamiento de los empresarios en las investigaciones y opina sobre la reforma judicial que impulsa el Gobierno.

Fue el último subprocurador anticorrupción en NL, luego vino la Fiscalía Anticorrupción, ¿Cómo llegó al cargo?

El Bronco no tenía un partido político, salió del desierto. Cuando Fernando Elizondo decidió unirse a El Bronco y consolidar la posibilidad de la elección, Fernando me comentó que tenía un problema pendiente con El Bronco, que consistía en el procurador general del Estado, no sé ponían de acuerdo con los candidatos... Me dice, 'creo que si te menciono a ti como posibilidad podemos tener un acuerdo político'. La verdad ya estaba casi con 60 años, lo hice porque las circunstancias se prestaron, y quería servirle a la comunidad

Hasta que yo entré, la procuraduría no tenía un partido político fuerte atrás, eso era lo atractivo para mí...El Bronco como no era un hombre de partido y yo no tenía carrera política, fue ideal para mi caso que se diera, pero los partidos políticos no pensaron igual.

Se decía que los empresarios lo apoyaron....

Antes de mi nombramiento recibí un montón de peticiones, relativamente pequeñas del empresariado, me decían que no le entrara al puesto. Dentro de este grupo en particular había dos o tres con la cola sucia por acuerdos con el sexenio de Rodrigo Medina y por los que querían poner con El Bronco.

En un grupo empresarial importante de comunicaciones, el dueño era amigo mío, yo lo mandé a investigar y él comenzó una campaña en contra mía muy fuerte, un grupo que quería llamar la atención, y fueron momentos complicados, no era agradable levantarme en las mañanas y ver el periódico...mi familia me preguntaba "por qué estás ahí".

Cuando logró el arresto de Rodrigo Medina, ¿Su pronta liberación fue una cuestión política?

Totalmente. En las investigaciones que llevamos de Medina, era clara la relación íntima de Medina con Peña Nieto, estaba documentando referencias de dinero del estado hacia la campaña presidencial.

Archivo LPO

¿Cuándo Medina fue liberado, el Gobernador habló con usted al respecto?

No. No era del grupo íntimo de El Bronco. Pero él nunca se metió conmigo en "hacer y deja de hacer", en ese sentido fue impecable y me respaldaba. Por ejemplo, hubo una investigación a una constructora que tenía una relación peligrosa con el Secretario de Obras Públicas del Estado; la investigación se hizo pública y me habla el funcionario muy enojado y me dice "Qué estás haciendo, por qué investigas la empresa de mi hermano". Le digo que no lo investigo yo, sino la Fiscalía, no es un encargo mío, simplemente avalé las irregularidades y El Bronco ni me lo mencionó, ni me cuestionó. Pocos procuradores pueden decir que tuvieron tanta autonomía.

¿En qué momento toma la decisión de dar el paso al costado?

Yo no tomé la decisión, la tomó el Congreso que modificó la Constitución, se unieron el PAN y el PRI para quitarle al gobernador la facultad de nombrar al fiscal anticorrupción. Para mí fue fácil que ellos tomaron la decisión, yo no quedé mal como la ciudadanía, yo no renuncié, me quitaron el puesto.

Una nota recurrente es lo que cuesta la Fiscalía Anticorrupción al erario y que no hay resultados.

Lo que costó la fiscalía al erario fue poco, yo usaba todas las instalaciones de la procuraduría, me hice muy cercano de Roberto Flores que me apoyaba y no tenía por qué apoyarme.

Si el gobernador hubiera tenido más volumen político, con más respaldo en el Congreso, ¿usted hubiera mantenido el puesto?

Yo no hubiera aceptado el puesto con un gobernador con intereses.

Pero si tan sólo hubiera tenido más respaldo, claro que sí se mantenía. Ahora, la Fiscalía por Ley mantiene más poder sin el apoyo del gobernador, él sólo define el presupuesto a inicio de año y hasta ahí, pero no me interesaba ser procurador, bueno, intereses políticos.

Actualmente existe un problema con dos años sin la elección de Fiscal ¿cómo ve esa situación en general?

Es una pena para el estado, se ha politizado por elementos que son ajenos. No es algo aconsejable, pero lo opuesto tampoco es, el tener un Congreso a las órdenes del gobernador, pero es el problema de una democracia tan imperfecta como la de México.

Archivo LPO

Ahora en el país está en la cúspide el debate de la Reforma Judicial, ¿usted qué piensa de esto?

Es un tema central. Hay una perversidad política impresionante por parte de AMLO y su equipo, enfocan la Reforma Judicial en la elección de los jueces, que no es bueno que se "automantengan" en el poder, en lugar de enfocarlo a lo que se necesita atender, como el crear un sistema de justicia que tenga una vida robusta a por sus propios méritos, que no haya un gobernador que lo apoye o que lo coaccione.

Sólo dice que los jueces deben ser por votación porque es democrático, eso suena bien, pero está en contra de lo que México necesita. El enfoque de AMLO va en contra de los juicios orales, entra al tema por la puerta de atrás cuando el Congreso aprobó la Reforma de los Juicios Orales y lo tergiversa diciendo que la inseguridad demanda que haya una penalización más eficiente.

Es muy perverso esto de atacar la Reforma, con el punto de que lo importantes es que democráticamente se elijan los jueces y que la justicia sea más efectivo.

Tras el arresto de Ismael Zambada, este tema del narcotráfico está la idea muy instalada en América Latina de que sólo se puede encontrar justicia en un sistema de justicia como el de Estados Unidos ¿Qué le falta al sistema judicial en México para ser más eficiente en esa persecución de ese tipo de delitos?

Le falta apertura, que la prensa se meta más, el poder de la prensa en México no se ha utilizado políticamente con toda su fuerza. Que los jueces estén un poco más expuestos a la opinión pública... con los juicios orales ya hay material para ello.

Me gusta contar el caso de los jueces en Nuevo León, de los pocos juicios orales que llevamos que de hecho fue la primera Fiscalía en el país de llevar un juicio de estos, que se daba a un público los argumentos de las dos partes presentes ante el juez y el resultado es que el juez que dictó una sentencia fuera de lugar a favor de alguna de las partes era abucheado en un restaurante público. Es un indicativo de que sí le interesa a la sociedad conocer y ahora al juez respetar a la sociedad.

La prensa, por la estructura política se acostumbró a ser muy eficiente como relator, es muy importante lo que hacen, pero bien podrían dar un paso más y tomar partido hacia dónde llevar el país. La prensa tiene que reaccionar sobre esto, hay un poder en la prensa que no se usa tanto en México.