En la última semana el periódico El Norte ha intensificado su cobertura crÃtica sobre el rumbo del Gobierno de Nuevo León. En diversos espacios se han objetado las denuncias presentadas por la administración contra Jaime RodrÃguez Calderón, la entrega de preseas estatales e incluso se elaboró un editorial para cuestionar los logros académicos de Samuel GarcÃa.
El cambio de sintonÃa alienta largos conciliábulos en el cÃrculo rojo, pero fundamentalmente en la oposición encabezada por PRI y PAN donde se suele describir a Grupo Reforma como el brazo operativo del gobierno de MC.
Al interior de Palacio de Cantera gana fuerza la teorÃa de que el giro crÃtico está asociado al esquema de cooperación que existe entre GarcÃa y Andrés Manuel López Obrador para combatir la crisis hÃdrica.
Esa sintonÃa no agrada al sector empresarial estatal que entiende que Morena utiliza la falta de agua para intervenir en el Estado a través de la construcción de un acueducto que será responsabilidad de la Sedena. Ese movimiento va acompañado de otras avanzadas como redirigir recursos del transporte, operar la seguridad con cientos de militares y hasta digitar la investigación del Caso Debanhi.
El punto crÃtico es la intención de la Federación de revisar a fondo el nivel de agua que el empresariado consume para su producción. El malestar de los industriales se hace sentir en la dirección periodÃstica de Grupo Reforma y de ahà las escaramuzas actuales.
En el staff del gobernador recuerdan que GarcÃa pidió apoyo de los empresarios para paliar la crisis de falta de agua en tres ocasiones y esas llamadas no fueron atendidas. La industria, hasta el dÃa de hoy, insiste en que no tiene responsabilidad en el drama actual y que consume menos del 5% del agua que se usa en la entidad.
Por cierto: no deja de ser llamativo que el hombre de Segob en la entidad, Héctor Gutiérrez de la Garza, es un polÃtico fuertemente conectado con las familias que lideran el negocio refresquero.
También se señala, no sin cierta lógica, que GarcÃa no está atado a compromisos con el poder económico. No fue su favorito en la campaña del 2021 (ese era el rol de Adrián De la Garza) y si bien escucha consejos y recomendaciones, no está en obligación de consensuar el rumbo de la administración.
Grupo Reforma, además, reitera su historia con los últimos gobernadores, o sea, unos meses de perÃodo de gracia para luego pasar a la crÃtica frontal. La única excepción fue Fernando Elizondo, que al momento de ser gobernador tenÃa lazos familiares con la familia Junco De la Vega.
GarcÃa esgrime un equilibrio entre dos fuerzas con destino de colisión: el Gobierno Federal y el empresariado regiomontano. Escenario que gana celeridad de cara a la visita que realizara el presidente a Monterrey este fin de semana.
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