Enrique Torres ya tuvo un encuentro a solas con Adán Augusto López Hernández en la Secretaría de Gobernación. Así lo confirmaron a LPO fuentes de dicha dependencia. Es un dato que arroja pistas y permite avizorar,  en parte, el futuro inmediato de la embestida judicial que ha lanzado Samuel García contra su antecesor Jaime Rodríguez Calderón, quien actualmente se encuentra detenido por manejos supuestamente fraudulentos de recolección de firmas.

Para Torres no fue fácil acceder a quien hoy por hoy es uno de los funcionarios más solicitados del elenco federal. Fue precisa una intervención desde el empresariado para habilitar esa conversación de cuarenta y cinco minutos en Bucareli. 

Torres conoce prácticamente todo lo sucedido en el sexenio anterior porque además de ser un hombre de confianza absoluta de El Bronco, fue secretario de Administración y secretario de Gobierno. Maneja un nivel de información que puede afectar a funcionarios que actualmente están en el Gobierno de MC y eso explica el sigilo oficial sobre su persona. Basta con observar ciertos vericuetos de las carpetas confeccionadas por la autoridad estatal.

Torres suscribe la lógica que domina en el entorno del gobernador: que la detención no tiene fundamento jurídico y que llama demasiado la atención que todavía la Fiscalía General no ponga a disposición de un juez las dos carpetas que tiene sobre El Bronco, especialmente la referida al supuesto lavado de activos.

Bajo esta óptica, el excesivo tiempo que pasará entre la detención y la primer audiencia es lo que explica la necesidad que tiene el Ejecutivo estatal de que las carpetas de Alejandro Gertz Manero tengan sustancia. Una fuerza que no es tal en las carpetas formuladas por la autoridad local.

Así las cosas, el caso no se puede disociar del correlato político. La realidad es que el ex gobernador abrió frentes con Andrés Manuel López Obrador,  Rodrigo Medina y Samuel García. Hay poca gente con poder real lista para acudir en su auxilio, por más que el marco normativo le favorezca.