Fuentes al interior del PAN señalan que la alianza con el PRI se encuentra sólida pese a ciertos descontentos que había deslizado el nuevo dirigente Policarpo Flores con el reparto de cargos en el staff de Adrián De la Garza en Monterrey.

En los últimos días Flores tuvo un encuentro con Francisco Cienfuegos, principal operador de la campaña del Frente hacia el 2027,  y desde allí comenzó a mostrar una agenda conjunta con su homólogo del PRI, José Luis Garza Ochoa.

Según fuentes, Flores acepta la candidatura natura del alcalde regio pero quiere que el PAN tenga la definición de absoluta de cara a las contiendas de los municipios de Monterrey y Guadalupe. Esta postura es avalada por Raúl Gracia, facilitador de la llegada de Flores a la dirigencia y por el exgobernador Ernesto Canales, que tras las elecciones de julio tenía ideas muy negativas respecto a insistir en la alianza con el PRI.

La idea que sigue prevalenciendo entre ambos partidos es la de asegurar la unidad porque se entiende que es lo que se está resquebrajando tanto en MC como en Morena.

Los requerimientos panistas de Monterrey y Guadalupe suenan lógicos: en la capital De la Garza le ganó a MC con los votos del sur de la ciudad donde predomina el albiazul y en Gudalupe el PRI perdió su hegemonía de años a manos de Héctor García, con lo cual, el PAN tiene mayor margen para intentar el próximo proyecto del frente en ese municipio crucial.