No dejo buen sabor de boca Adán Augusto López Hernández en su encuentro con empresarios de Nuevo León en un hotel de San Pedro Garza García.

Según fuentes que accedieron a la reunión, el ex mandamás de Segob estuvo todo el encuentro con un discurso muy apegado a lo más radical de la 4T y cruzó un límite - para ese ámbito -, cuando defendió los nuevos libros de texto que impulsa la SEP.

Un error garrafal porque esa defensa, que además fue enfática, liquido la idea que Adán Augusto y sus columnistas amigos trataron de instalar durante meses: que él era un hombre de acuerdo, pro empresa y pro mercado y que no tenía demasiado que ver con la parte más recalcitrante de la 4T.

En paralelo, sobre los temas que importan a ese público como el abastecimiento de electricidad, una reforma fiscal o el nearshoring, Adán Augusto fue muy superficial y apegado a un discurso neutro. Solo atinó a decir que él fue quien operó la compra de las plantas de Iberdrola por parte de CFE.

Curioso, desde el Gobierno siempre se dijo que ese negocio lo coordinó el secretario de Hacienda Rogelio Ramírez De la O. Pero evidentemente Adán Augusto tendría otros datos.

Otro detalle a resaltar es que Adán Augusto sigue hablando como si él fuera a ganar la encuesta de Morena pero en sus dichos da a entender que va a ganar más que nada por algún tipo de determinación presidencial y no porque vaya a lograr el primer lugar.

Esto no es menor porque a los hombres de negocios les gustaría entender cuál es el futuro del tabasqueño ya que candidato a presidencial no será. Esto fundamentalmente porque a algunos de los presentes meses atrás se les pidieron recursos para una campaña que nunca terminó de despuntar.