La relación entre Andrés Manuel López Obrado y el empresario Miguel Alemán ha ingresado en un punto de no retorno. En las últimas dos semanas hubo fuerte presión desde Palacio Nacional para que el empresario vendiera sus propiedades y tierras, para que pudiera cubrir así parte de su adeudo con el SAT. 

Desde su entorno replicaron que esa posibilidad ya quedó dada baja debido a las alteraciones de ese mercado producto de la pandemia. Alemán seguirá en Francia. En las últimas horas intentó comunicarse con el presidente pero ya le avisaron que será inútil.

Para agregarle mayor intensidad al conflicto, el padre de Alemán, sobre quien no pesan ordenes de aprehensión, optó por partir hacia Estados Unidos con sus familiares directos y ahora buscará ampararse en la figura de perseguido político.

La deuda total de Interjet asciende a loas 1250 millones de dólares. López Obrador se asume como estafado por Alemán. El presidente entiende que le dio todas las facilidades para poder cumplir con la deuda del SAT  y que este incumplió sus compromisos.

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Además de la situación de la aerolínea, AMLO no perdona que Alemán no pudo asegurar el control de Radiópolis, algo que el magnate prometió que haría en Palacio Nacional como parte de un plan para eyectar a Grupo Prisa del control editorial de Radio W, desde cuya sintonía despunta en los ratings el periodista Carlos Loret de Mola.

Un detalle: el estallido de la relación entre el presidente y el dueño de Interjet es también un golpe a Julio Scherer, que fue quien instó a AMLO a darle facilidades al empresario ahora fugado en Europa.

La jugada de Alemán ya está expuesta: no pagar nada al SAT y esperar, sin riesgo alguno de extradición ni de allanamientos,  alguna solución por la vía legal gracias a los oficios del abogado Ángel Junquera.