El bajo nivel de aprobación de Enrique Alfaro en Jalisco ya inquieta a los candidatos de MC en diversos municipios de la entidad. Una gestión de la pandemia con claroscuros y el drama de la seguridad que tuvo su pico con el asesinato del ex gobernador Aristóteles Sandoval han minado la imagen positiva de un mandatario que se muestra encapsulado, poco proactivo y por momentos sin demasiada respuesta.

La fuga de las voluntades que logró hace tres años se da principalmente hacia Morena o hacia espacios ciudadanos de momento poco articulados. Debe decirse: la 4T está muy desorganizada en el Estado pero es tal el rechazo a la marca naranja, que la boleta de Morena solo se favorece de esa catarsis del votante.

Según sondeos que están analizando al interior de Casa Jalisco, hay por lo menos tres municipios que ya lucen casi perdidos para la cita electoral de junio: Vallarta en el Pacífico y Tlaquepaque y Tonalá en la zona metropolitana. A esto se agrega que las ventajas ostensibles que se registraban en Guadalajara y Zapopan hace seis meses, todavía existen, pero con menor margen.

En Vallarta, escenario del crimen de Sandoval, la ventaja de Morena resulta arrasadora, ya sea candidata Carla Esparza o Francisco Sánchez Peña.

Tlaquepaque y Tonalá están en situaciones similares. La alcaldesa de MC María Elena Limón es la peor calificada del estado en diversos sondeos y ni siquiera se encuentra en posición de poder impulsar un sucesor. A esto se agregan sus tensiones constantes con Alfaro.

En Tonalá, uno de los municipios más carenciados de la zona metropolitana, la situación de MC también es precaria pero allí, además de Morena, el PRI es quien tiene la oportunidad de recuperar su histórico bastión.