Andrés Manuel López Obrador volvió a la carga hoy miércoles contra el Rey Emérito de España, Juan Carlos de Borbón, por las acusaciones de presunta corrupción que el ex monarca afronta en su país.

"Yo lamento lo que está pasando en España, que no se informe y no se diga nada. El pueblo español, un pueblo trabajador y honesto, tiene ahora que cargar con la vergüenza de que aún por instrucciones y recomendación de un juez debía ser investigado el Rey, el que abdicó al mando y a la Corona, y en un tribunal especial se le exonera", lanzó el presidente al tiempo que criticó a los medios españoles por no publicar noticias sobre esa pesquisa.

Según pudo conocer LPO, detrás de la embestida presidencial se esconde, una vez más, la figura del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. El ex mandatario tiene una amistad con Juan Carlos que se tradujo en diversas acciones de empresas españolas en México pero que AMLO puntualiza en un negocio de Quintana Roo. 

En el sexenio de Salinas de Gortari llegó a México OHL, firma muy ligada a la monarquía española que comenzó a incursionar con negocios hoteleros en el Caribe. Un desarrollo en Playa del Carmen por el cual Juan Carlos habría cobrado una comisión en un paraíso fiscal aparece en el expediente en Madrid, tal como reveló en las últimas horas el corresponsal de La Jornada en la capital ibérica. 

El escándalo por corrupción de Juan Carlos abre una nueva grieta en el Gobierno español

La ubicación en Quintana Roo refuerza la tesis presidencial porque Salinas de Gortari tenía una estrecha relación con el entonces gobernador priista Martín Borge y con quien impulsaba dicha inversión, el entonces secretario de Turismo, Pedro Juaquín Codwell, que había sido gobernador del estado y que años más tarde volvería ahora como secretario de Enería de Enrique Peña Nieto (obviamente a pedido de Salinas).

La relación entre el ex presidente tricolor y Juan Carlos también tenía un lugar común en el fundador de OHL, Juan Manuel Villar Mir, amigo de ambas figuras y hacedor de un imperio ahora en problemas.

Más allá de este caso puntual, fue en el sexenio de Salinas cuando comenzó el desembarco de empresas españolas en el país, giro en el cual la Corona tuvo un peso significativo.

Juan Carlos y Salinas se conocieron en 1989 cuando el entonces presidente mexicano visitó España. En una reunión en el Palacio de Zarzuela idearon lo que luego sería la Cumbre Iberoamericana. Salinas suele contar que el Rey quería que la primer cumbre fuera en Madrid pero que fue él quien lo convenció de hacerla en Guadalajara en 1991.

Allí se iniciaría una relación en la que también aparece el ex presidente de gobierno español Felipe González, con quien Salinas tiene buena relación.