La secretaria del Bienestar, María Luisa Albores, se llevó la peor parte en la reunión de Gabinete que Andrés Manuel López Obrador encabezó en Palacio Nacional ayer miércoles por la tarde. El presidente la cuestionó frente a todo su equipo por las demoras de su dependencia a la hora de entregar apoyos a los necesitados. "Van tres meses de gobierno y no pude entregar ni una beca", arremetió el tabasqueño, que suele avanzar sin contemplaciones cuando un colaborador no cumple sus expectativas.

Varios participantes del encuentro confirmaron a LPO que López Obrador se quejó antes otros funcionarios que salieron lastimados. Por ejemplo, la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde por la situación de tensión gremial en Matamoros y el Secretario de Salud, Jorge Alcocer. 

López Obrador quiere una carpeta con resultados para hacerla pública como una suerte de análisis de gestión de sus primeros 100 días de Gobiernos. Por eso repasaba altas, bajas y pendientes de cada área. "De Salud no tengo nada para decir", ironizó, y generó una risa incómoda en varios secretarios. 

Cuartoscuro

La dinámica de AMLO es bien distinta a la de Enrique Peña Nieto. Este último se ubicaba en una larga mesa ovalada en Los Pinos y allí reunía a todo su staff. Cada uno tenía un micrófono para hablar. Los encuentros se grababan internamente y se formulaban minutas. El mandatario actual maneja la reunión casi como una conferencia mañanera: todo el Gabinete sentado y él en soledad en el estrado.

La lentitud en las tareas de Albores es visible y se entiende la dificultad para configurar los padrones de apoyos. En entidades centrales como Jalisco y Nuevo León la confección de los padrones está paralizada por falta de recursos para las estructuras de los delegados. "El verdadero problema es el censo fallido de Gabriel García", se quejan los asesores de Albores. 

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Tal como reportó LPO, Albores argumenta que hay trabas administrativas que la exceden, porque los colaboradores de los delegados no cumplen con los requisitos de contratación en Bienestar, o bien porque la Oficialía Mayor que comanda Raquel Buenrostro traba la dispersión de recursos. Las típicas peleas de un Gabinete que recién arranca en la gestión.

El tema golpea a Gabriel García, que es un hombre de toda la confianza del Presidente y está a cargo de los recursos una vez que dichos padrones queden listos. Otro de los planteamientos es que AMLO había prometido que tendrían unos 7 mil centros "integradores" en todo el país, y a la fecha hay muy pocas oficinas operando.