
El ataque a Irán demuestra capacidades militares nunca vistas y le asesta una derrota a los sectores más radicales de la administración republicana. |
El ataque de Estados Unidos a las instalaciones nucleares de Irán este fin de semana aporta pistas sobre el estado de situación en el entorno de Donald Trump y lo que puede venir para la relación bilateral con México.
La ofensiva con bombas guiadas GBU-57 es una derrota para el ala más radical del Partido Republicano. El pasado miércoles, luego de regresar a Washington de urgencia de la cumbre del G-7, Trump realizó varias llamadas, según The Washington Post, con diversas figuras de la constelación mediática del Partido Republicano para explicarles una eventual intervención en Irán. El mismo matutino informó el pasado jueves que tanto el secretario de la Defensa Pete Hegseth como la directora de Inteligencia, Tulsi Gabbard, quedaron fuera de las principales deliberaciones respecto a Teherán.
Trump estuvo 10 años hablando contra la injerencia militar de Estados Unidos en Medio Oriente y fue crÃtico de los acuerdos nucleares de Barack Obama con Irán, al punto que los abandonó en 2018, durante su primera presidencia. Sin embargo, tras una semana de alta tensión, el magnate atacó Irán por la negativa de su gobierno a realizar un acuerdo de desarme. Un giro cuántico que explica por si mismo la distancia con el ala más radical de su staff.
Trump acusó a Israel e Irán de violar el alto al fuego: "No saben lo que están haciendo"
Por estas horas los animadores más destacados del movimiento Make America Grat Again (MAGA) critican a Trump por haber iniciado una nueva versión de la guerra de Irak y hasta vaticinan una inminente tercera guerra mundial.
El secretario de Estado Marco Rubio, promotor permanente de la alianza con Israel en esa geografÃa tumultuosa, emerge como un evidente ganador y refuerza como doctrina de seguridad la cooperación de Washington para evitar que cualquier enemigo de Israel tenga capacidad nuclear. No es algo nuevo: comenzó en los años 70 durante el mandato del primer ministro Menachem Begin, que atacó a Irak por la ambición nuclear de Saddam Hussein, siguió en el 2007 con el premier Ehud Omert y su ataque a un reactor que Siria pretendÃa construir en medio del desierto y tiene su episodio más reciente en Irán. Se trata de una lÃnea de acción con fuerte respaldo a lo largo de los años en el Partido Republicano y Rubio adhiere a esa tradición.
La situación en Medio Oriente deja mensajes para el Gobierno mexicano. El retroceso del entorno más radical que secunda a Trump es una buena noticia para Claudia Sheinbaum si se considera que los denominados "aislacionistas" son los arietes más duros contra México en materia de migración y combate al crimen organizado. Este sector tiene como figura central al subdirector de PolÃtica de la Casa Blanca, Stephen Miller, arquitecto de la polÃtica antimigratoria y que tiene la meta, según señalan en la diplomacia mexicana, de reemplazar a Rubio si es que este decidiera ir por la gubernatura de Florida el año que viene.
El punto más sensible para México de lo sucedido el fin de semana tiene que ver con la enorme capacidad militar que Washington ha demostrado y la estrategia para su implementación: Trump dijo que tomarÃa dos semanas para decidir si atacaba a Irán y a los cuatro dÃas de esa frase pasó a la ofensiva.
El Pentágono ha demostrado, según explicó Hegseth este domingo en conferencia de prensa, una fusión entre la vanguardia tecnológica y la capacidad destructiva que se vuelve prácticamente insuperable para sus enemigos, entre ellos, el narcotráfico en México.
Si esta semana se confirma que Trump logró anular la capacidad nuclear de Irán, este resultado alimentará la narrativa en Washington de que una ofensiva frontal contra los cárteles de la droga es factible, fugaz y que tiene asegurada altos niveles de precisión.
Esta capacidad, que salió el fin de semana a la luz, no está sujeta además control alguno del Capitolio. Trump, como varios de sus antecesores, no informó al Congreso de sus planes en Irán, simplemente, el pasado sábado, mientras sobrevolaba Nueva Jersey a bordo del Marine One, se comunicó con el Pentágono y tomó la decisión que podrÃa definir su segunda administración.
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