YasmÃn Esquivel se ausentó hoy lunes en el pleno de la Suprema Corte. Tampoco asistirá mañana martes y se descononcen los motivos. Según pudo conocer esta redacción, la ministra amiga de Andrés Manuel López Obrador está muy golpeada por la revelación del diario El PaÃs que informó que 209 de las 456 páginas de la tesis que Esquivel presentó en 2009 para obtener su doctorado son copias textuales de trabajos de al menos 12 autores que no fueron citados.
Toda el affaire del plagio es controlado a nivel polÃtico por el marido de la ministra, el constructor José MarÃa Riobóo, que fue quien le recomendó que se ausentara y que además trae la sospecha de que este nuevo golpe proviene de la presidente de la Corte, Norma Piña, que además tendrÃa un supuesto acuerdo económico con Grupo Prisa, la empresa editora del matutino. El acuerdo se realizará con los fondos de comunicación social del máximo tribunal.
Piña, según esa tesis, tendrÃa además algún tipo de contacto subterráneo con el Banco Santander, propiedad de Ana BotÃn que es accionista de Prisa y que se encuentra en un proceso de compra de deuda de dicho holding para recuperar el control editorial que actualmente ostenta el fondo Amber.
Santander tiene algunos frentes en el máximo tribunal, entre ellos un reclamo por 800 millones de dólares contra la entidad española y promovido por las herederas del magnate regiomontano Roberto Garza Sada. En ese expediente asà como Arturo ZaldÃvar siempre fue contrario al banco, Piña serÃa más receptiva.
La historia se complementa, según los datos que maneja el matrimonio Riobóo-Esquivel, con cierta presencia en la Corte la semana pasada del editorialista de El PaÃs, Juan Luis CebrÃan, siempre acompañado por el intermediario Antonio Navalón, habitué de despachos oficiales donde lleva y propone negocios, en ciertos casos, estrafalarios. Cebrián y Navalón se fotografiaron, por esos dÃas, con Alejandro Gertz Manero.
Nunca se reconocerá en voz alta pero Esquivel, según mencionan en su entorno, ya no quiere continuar en la Corte y ha llegado a decÃrselo al presidente. En un microclima donde el prestigio pesa mucho Esquivel es mirada por sus pares casi con un halo piadoso que la jueza no tolera. Pero de momento resiste por la insistencia de Riobóo y sus publirrelacionistas predilectos, que además no quieren perder el manejo de esta crisis.
Se mantiene de momento la duda que flota en los pasillos cortesanos y que apunta a delucidar por qué el constructor tiene tanto interés en que su cónyugue no abandone el máximo tribunal.
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