La extradición de Rafael Caro Quintero está pausada de momento, luego de que un juez federal aceptó el amparo promovido por su defensa, pues argumentó que no se ha llevado el procedimiento correspondiente.

Sin demora tras la detención del capo el pasado viernes se presentaron amparos para intentar frenar su traslado a Estados Unidos, y este mismo lunes el juez Séptimo de Distrito de Amparo en Materia Penal en Jalisco, Francisco Reséndiz Neri, dio la primera resolución ante la medida cautelar solicitada por Beatriz Angélica Caro Quintero.

"Se concede la suspensión de plano, para el efecto de que no se ejecute y el interesado quede en el lugar donde se encuentre a disposición de este órgano jurisdiccional de amparo, sólo en lo que se refiere a su libertad personal, hasta que se resuelva el presente juicio de amparo", indicó.

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Además de esta resolución, el diario Milenio informó que el juez Décimo Tercero de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de México, Guillermo Francisco Urbina Tanús, admitió a trámite otro amparo y le concedió una suspensión de plano al narcotraficante que evita que pueda ser incomunicado o sometido a "desaparición forzada".

Esta misma mañana, el Presidente López Obrador reveló que ya se estaban presentando una serie de amparos para intentar frenar la extradición del narcotraficante, señalando que es un tema que tendrían que desahogar las autoridades correspondientes, pero reiterando su compromiso de que no habría impunidad.

Además, confirmó que el operativo de su detención corrió totalmente por cuenta de la Marina, sin participación de la DEA, además de negar cualquier tipo de negociación al respecto con su homólogo estadounidense Joe Biden.

Tras la aprehensión, Caro Quintero fue trasladado inmediatamente al penal de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México y fue notificado con inmediatez sobre su detención con fines de extradición por los delitos de delincuencia organizada, asociación delictuosa y secuestro y homicidio de un funcionario estadounidense, el agente de la DEA Enrique Camarena, en 1985.