
Que Zedillo le adjudique a la presidenta la construcción de un sistema autoritario es un señalamiento de quien llegó por la vÃa autoritaria y terminó como demócrata. El camino por el que va Sheinbaum lo recorrió Zedillo, pero al revés. |
En el primer debate televisado de candidatos a la presidencia en 1994, Diego Fernández de Cevallos, candidato panista, le soltó al candidato priista, Ernesto Zedillo, lo siguiente: "Sabemos que usted ha sido un buen chico, con altas calificaciones, pero en democracia creemos que sinceramente no aprueba."
Eso fue hace treinta años. En ese entonces era claro que Ernesto Zedillo podÃa representar muchas cosas menos una opción democrática. En esa elección Diego representaba la opción de derecha democrática, Cárdenas a la izquierda recién adquirida por expriistas y Zedillo al PRI con todo lo que significaba. Apenas unos meses antes del debate quien fuera candidato del PRI, Colosio, habÃa sido asesinado. Meses después, Ruiz Massieu, alto funcionario del priismo también fue asesinado. Asà estaba el PRI de Zedillo y eso era lo que representaba. ¿Qué hacÃa Claudia Sheinbaum en ese entonces aparte de ser una militante izquierdista? Se manifestaba en contra del TLC en Estados Unidos donde también sacaba buenas calificaciones como Zedillo en su maestrÃa y después en su doctorado.
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Siempre es bueno que la gente cambie, sobre todo si es para bien. No se puede pedir lo mismo a una persona de treinta años que de sesenta. La experiencia ayuda en muchas cosas y termina por formar y cambiar las ideas y certezas que se tenÃan en el pasado. Y es aquà donde vienen las paradojas, las contradicciones y los balances sobre lo hecho y lo logrado.
Que Ernesto Zedillo pueda adjudicarle a la presidenta Sheinbaum la construcción de un sistema autoritario y el derrumbe de nuestra democracia no solamente es legÃtimo en términos del ejercicio de su libertad de expresión, sino que también es un señalamiento puntual emitido por quien en una ocasión llegó por la vÃa autoritaria y terminó siendo un demócrata. El camino por el que va Sheinbaum lo recorrió Zedillo, pero al revés.
Según lo que sabemos, Ernesto Zedillo sigue siendo un miitante priista. Los priistas, sobre todo los de su época, lo detestan, lo culparon de entregar el paÃs a la oposición -particularmente al PAN- , de iniciar la debacle del tricolor y de ser un neoliberal irredento. Solamente lo último es cierto. El PAN ganó en las elecciones del 2000 y el PRI desde entonces sigue cavando esa profunda tumba en la que no tarda en caer y todos sabremos que no fue culpa de Zedillo.
El asunto es que la presidenta y sus compañeros de viaje acusaron recibo de las duras acusaciones del expresidente. Los señalamientos zedillistas cobraron más fuerza porque se trata de un hombre que hizo desde la expresidencia un largo ejercicio de discreción. Eso no solo le da más seriedad a sus planteamientos, sino que también contiene un elemento importante en estos debates: el factor sorpresa. El zedillazo.
Desgraciadamente no sabremos si Zedillo gana algo en esta discusión pública. Además, no hay quien capitalice lo que hace el señor. Es lo malo de no tener oposición. Cualquier esfuerzo cae en el vacÃo.
Por lo pronto podemos decir que Zedillo, con su trabajo, sà aprobó en democracia. Y que Sheinbaum con el suyo sà construye un sistema antidemocrático. Vueltas que da la vida.
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