Kamala Harris estuvo esta tarde en el comando electoral de Joe Biden en Wilmington, Delaware. Allí comenzó a asumir el control de una candidatura demócrata que se consolida a gran velocidad en materia de apoyos de donantes, estructuras estatales y referentes del partido. Por estas horas es más difícil el escenario de una contienda interna en la convención de Chicago porque todos los potenciales rivales ya se han encolumnado detrás de Harris.

 Para asegurarse de forma definitiva la nominación demócrata, Harris necesitaba el aval de al menos mil 976 delegados, de un total de casi 4 mil, en una votación oficial que se celebrará en la convención del partido prevista desde el 19 de agosto.

Según informó The Washington Post, el equipo de campaña se mantiene con las figuras centrales de Julie Chavez y Jen O'Malley Dillon, que trabajaban con Joe Biden, y ahora se suman el ex fiscal general Eric Holder como estratega legal y David Plouffe, como asesor de estrategia, dos perfiles de estrecha cercanía con Barack Obama, que así comienza a dar señales de que apoyará a Harris en breve.

En Wilmington aparecieron algunas señales de la campaña que viene. Harris dijo en varias ocasiones que ella fue procuradora de California y durante años se encargó de arrestar a "delincuentes" como Donald Trump, que ha sido condenado por diversos delitos. Esta dicotomía entre la fiscal y el perseguido va a ser explotada por los demócratas en un intento por instalar la noción de que Harris es una candidata del orden que incluso puede ser interesante para votantes republicanos disgustados con los escándalos de Trump.

¿Y el caos fronterizo? Esta es la pregunta que más importa en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador de cara a una casi segura candidatura de Harris, especialmente porque los republicanos la van a atacar con ese drama humanitario que pega también a México. Según explican en la embajada en Washington y en la Cancillería, Harris va a decir que ella nunca tuvo el control de la política fronteriza y que esa era una responsabilidad de Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional.

En la Secretaría de Relaciones Exteriores alegan que Harris se va a defender explicando que su rol fue muy similar al que tuvo Biden como vice de Obama: atender las causas de la migración en Centroamérica pero que el control fronterizo como tal era de Mayorkas y del secretario de Salud Xavier Becerra.

Con esta narrativa, Harris evitaría delegar cualquier tipo de responsabilidad o culpa en el gobierno mexicano y podría realizar propuestas más enfocadas en un ánimo de cooperación.