La vicepresidente Kamala Harris también sufre las ausencias en la Cumbre de las Américas de Los Ángeles. Así como Alejandro Mayorkas ve retroceder su agenda fronteriza tras la baja de Andrés Manuel López Obrador, la ex senadora pierde fuerza para impulsar planes para Centroamérica sin su principal aliada en esa región, la presidente de Honduras, Xiomara Castro.
Fuentes de la organización dijeron a LPO que la vicepresidente abordará cuestiones migratorias pero pondrá especial foco en un pacto climático para Centroamérica y el Caribe. Tiene lógica porque en las últimas semanas Harris ha comenzado a hablar cada vez más de la agenda verde de su gobierno que del drama fronterizo.
El drama de la frontera ha erosionado la imagen de Harris. Hace una semana Los Angeles Times publicó un sondeo que le otorgó una aprobación del 28%. De ser un activo político y una clara candidata a la sucesión, ahora las acciones de la vicepresidente lucen a la baja y crece la lectura de que Biden podría verse forzado a ir por la reelección, o al menos así ya lo ha señalado su jefe de gabinete, Ron Klain.
En enero Harris asistió a la toma de protesta de Castro en Honduras. Allí la ubicó como su aliada en Centroamérica. Fue una jugada audáz para recomponer un vínculo complejo porque en 2009, cuando Castro era primera dama del presidente Manuel Zelaya, este fue derrocado y en la narrativa de su espacio político ese movimiento se habría hecho con aval del gobierno de Barack Obama, del cual Biden era vicepresdiente.
En su encuentro a comienzos de año Harris le pidió a Castro apoyo para contener las caracavanes migrantes centroamericanas. Le señaló que entre septiembre del 2020 y septiembre del 2021 había sido arrestados 310.000 hondureños indocumentados en EU. También le prometió inversiones de empresas estadounidenses en su país por 1200 millones de dólares.
Un detalle no menor: a los quince días de esa reunión Estados Unidos arrestó al expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández, enfrentado a Castro.
La asunción de Castro fue un choque de realidades porque mientras la flamante presidente hondureña se abrazaba a Harris, por otro lado Cristina Kirchner daba un discurso en una universidad hondureña, junto a familiares de Castro, en el cuál cargaba contra el FMI y daba a entender que los bancos estadounidenses eran funcionales al lavado de activos.
Entre esos dos polos Castro parece haberse inclinado por el segundo, ya que decidió que en la Cumbre solo asista su canciller.
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