El secretario de Estado de EU Antony Blinken incrementó hoy miércoles la polémica con el Gobierno mexicano al señalar que la administración de Joe Biden consideraría designar a los cárteles de la droga como grupos terroristas. La declaración fue casi en simultáneo a que Andrés Manuel López Obrador criticara un documento de la dependencia que encabeza Blinken.

Fue en una audiencia ante el Senado en la que el funcionario estadounidense se vio interpelado por el republicano Lindsey Graham,  cercano a gobernador de Florida Ron DeSantis. Graham fue enfático en que la estrategia anti drogas de López Obrador ha fracasado y que los cárteles deben ser considerados grupos terroristas, lo cual habilita el uso de fuerza militar de EU fuera de sus fronteras.

"Sí, lo consideraremos", dijo Blinken en un intento por suavizar las muy fuertes críticas que lanzaba el legislador sobre México, entre las que cuestionó que hay partes del país que son controlados por los cárteles del narcotráfico. "Hay que decir que sí", reconoció Blinken.

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Hasta ahora, la Casa Blanca había resistido la presión republicana, que argumenta que en México se produce fentanilo que el año pasado mató a más de 100 mil personas en EU. A inicios de marzo, tras una semana de que iniciaron los llamados de un ala del partido Republicano, la vocera del gobierno de Biden aseguró que descartarían esa petición, pues, dijo, "designar a estos cárteles (como terroristas) no nos otorgaría ninguna autoridad adicional que realmente no tenemos en este momento".

En una ruta similar, esta mañana Blinken buscaba argumentar sobre las herramientas que tiene Estados Unidos para combatir la entrada del fentanilo, por ejemplo, la tecnología desplegada en la frontera, pues señala que esta droga entra por los puntos "legales" de entrada. "Necesitamos desplegarla más rápido", defendió el funcionario.

"Qué tal esta idea: en lugar de solo interceptarlo en la frontera ir a la fuente y declarar a los cárteles de droga mexicanos como organizaciones terroristas internacionales bajo la ley de Estados Unidos", le lanzó el senador sin hacer caso del argumento de Blinken. "¿Podría considerar eso?", cuestionó

"Sí, ciertamente podríamos considerarlo", dijo Blinken, quien inmediatamente fue interrumpido por Graham que señaló que "esta estrategia también podría ayudarnos con China, porque si das apoyo material a una organización terrorista extranjera, puedes ser procesado en la Corte estadounidense", señaló.

Vale decir que este encuentro ocurrió casi de manera paralela a la conferencia matutina en Palacio Nacional, donde López Obrador dedicó, desde sus primeros minutos, duras críticas al Departamento que encabeza Blinken. "Hay un departamentito dentro del Departamento de Estado que protege al conservadurismo de América Latina, Caribe y el mundo", dijo, en referencia al reporte en materia de derechos humanos que publicaron días atrás y en el que fue muy crítico contra México en materia de violencia, tortura, impunidad e inseguridad para periodistas.

"Es un bodrio", lanzó el presidente esta mañana y un día antes también tachó a esta oficina en Washington de "mentir" al respecto, defendiendo que en el país ya no existe no la impunidad, ni la corrupción y tampoco la violencia contra el periodismo. Remató asegurando que en la administración de Felipe Calderón "cuando sí había enfrentamientos se quedaron callados".

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La presión republicana para tomar acciones en el combate del fentanilo ha buscado la intervención de la milicia estadounidense en México, sobre todo tras el ataque que sufrieron cuatro ciudadanos estadounidenses en Tamaulipas.

Por su parte López Obrador ha tratado de minimizar la crítica, aunque al mismo tiempo no ha dejado de responder a lo largo de este mes, mañana tras mañana, con que se trata de "politiquería", asegurando que no permitirá la intromisión de Estados Unidos y defendiendo que su estrategia ha funcionado pues ha logrado revertir la tendencia al alza en homicidios. Además, recordar que en su intento por frenar la presión republicana mandó al canciller Marcelo Ebrard a Washington para hacer un frente con los cónsules.