Tras nueve años en el cargo, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció este lunes su renuncia, en medio de las presiones dentro de su partido Liberal.

"Anoche, durante la cena, les conté a mis hijos la decisión que hoy les voy a compartir: tengo la intención de renunciar como líder del partido, como primer ministro, después de que el partido elija a su próximo líder a través de un sólido proceso a nivel nacional", anunció Trudeau durante una conferencia.

"Los canadienses merecen una verdadera opción en las próximas elecciones, y me ha resultado evidente, a raíz de las batallas internas, que no puedo ser yo quien lleve el estandarte liberal a las próximas elecciones", añadió el mandatario.

La salida de Trudeau se da en medio de una crisis para su partido, que pierde terreno ante los conservadores, según revelan las últimas encuestas, así como un contexto económico adverso, deficitario y de cara una relación más tensa con el gobierno estadounidense de Donald Trump.

En el último par de años la popularidad de Trudeau y su partido sufrió un desplome enmarcado por el shock inflacionario y, en consecuencia, el aumento en las tasas de interés, así como temas de vivienda y migración que ha afectado la opinión pública.

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La decisión ocurre también tras la renuncia de Chrystia Freeland como viceprimera ministra, una de sus más cercanas aliadas que sorprendió con su renuncia el pasado 16 de diciembre. Su salida del gobierno canadiense lo hizo en medio de duros señalamientos contra el mandatario canadiense por sus "costosos trucos políticos".

Las palabras de Freeland resonaron en el entorno de Trudeau y los trascendidos sobre la molestia de la ahora ex ministra quien sería reemplazada de su cargo por Mark Carney , ex gobernador del Banco de Canadá -y quien finalmente no aceptó el cargo- para ella asumir un puesto de negociación con Trump, que era percibido por la ex funcionaria como un descenso en su carrera que no aceptaría.

Sin Freeland y Mark Carney el gobierno de Trudeau quedó al borde del "colapso", de acuerdo con los analistas de ese país, que suman también la pérdida del apoyo del Nuevo Partido Democrático y una disidencia creciente en su propio partido.