El primer ministro de Canadá, Mark Carney, y Donald Trump tuvieron su primer encuentro. El lÃder republicano lo recibió en la Casa Blanca en medio de las tensiones por la imposición de los aranceles, la negociación por el T-MEC.
Las provocaciones de Trump y especialmente la amenaza de anexar Canadá para convertirlo en el estado 51 de Estados Unidos se metió de lleno en la campaña electoral que terminó en la victoria de los liberales liderados por Carney.
Cabe destacar que antes de las provocaciones de Trump, los liberales con Justin Trudeau estaban muy mal en las encuestas pero la guerra comercial encendió un espiritu nacionalista que hizo de la oposición a Trump el camino seguro para la victoria electoral.
En este clima se desarrolló la cumbre en Washington que tuvo un tono amistoso y diplomático pero no quedó exento de tensiones por estos antecedentes.
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En ese sentido, cuando los periodistas instalados en el Salón Ovan le preguntaron por el tema, Trump respondió que "se necesitan dos para bailar el tango", y agregó que no era el momento de discutir ese tema.
Sin embargo, Trump también enumeró una larga lista de beneficios que, en su opinión, recibirÃan los canadienses si pasaran a formar parte de EEUU y agregó: "Es una frontera artificial".
Carney no dejó pasar esta declaración y respondió: "Como sabe, en el sector inmobiliario hay lugares que nunca están a la venta. Estamos en uno ahora mismo... No está a la venta. Canadá nunca estará en venta". "Nunca digas nunca. Ya veremos qué pasa con el tiempo", insistió el norteamericano.
Estados Unidos es un gran mercado para las empresas canadienses. Aproximadamente 75% de las exportaciones de Canadá van hacia su vecino del sur. Canadá, por su parte, representa un porcentaje mucho menor (el 17%) de las exportaciones estadounidenses.
Canadá también es el mayor proveedor extranjero de petróleo crudo de Estados Unidos. El déficit comercial estadounidense con Canadá, que se espera que sea de US$45.000 millones en 2024, se debe en gran parte a la demanda energética de Estados Unidos.
El mandatario impuso parcialmente un arancel del 25% sobre varios productos canadienses, junto con impuestos de importación del 25% sobre todas las importaciones de aluminio y acero.
Sin embargo, eximió a productos cubiertos por el T-MEC entre Estados Unidos, México y Canadá. No obstante, Canadá respondió con aranceles por US$42.000 millones sobre productos estadounidenses.
Los liberales ganan en Canadá y Claudia logra un aliado clave para contener a Trump
El Secretario de Estado Marco Rubio también fue epicentro de crÃticas por este tema. El funcionario viajó el mes pasado a Canadá para participar de la cumbre del G7 y defendió la idea de anexión de Trump.
La ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, dijo en ese momento a Rubio que "la soberanÃa de Canadá no está en debate. Punto. No hay discusión. No hay discusión al respecto. No hay necesidad de hablar de ello. Le dije: ‘Estás aquÃ, respétanos. Respeten nuestra soberanÃa. Estás en nuestro paÃs, respeten a nuestra gente'. Punto".
