Aunque va a estar disputada la elección a gobernador en Veracruz, en 2024 como en las pasadas elecciones Morena inicia como favorito de acuerdo con los últimos sondeos. Sólo el partido del presidente López Obrador aventaja en intención de voto al PAN por 10 puntos y al PRI por más de 30 puntos.

Esto es lo que explicó el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, a los veracruzanos aspirantes a la candidatura de Va por México (PRI, PAN y PRD): que como en el resto del país el enemigo es la 4T, no los compañeros de partido ni los socios de la coalición. Pero ni los Yunes ni Julen Rementería dieron su brazo a torcer.

Tanto antes como después de la reunión en el Comité Ejecutivo Nacional -de la que tuvo conocimiento LPO- ambos grupos panistas de Veracruz se reprocharon la derrota de 2018 y la falta de competitividad rumbo a las nuevas elecciones estatales. Lo que retumbó más fueron los reproches de corrupción por un lado, y por el otro la falta de pericia (se habló de "estulticia") en el otro.

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Lo cierto es que todos convinieron en que el uso de la justicia a través de la Fiscalía del Estado ha perjudicado las posibilidades de que los hijos del exgobernador Miguel Ángel Yunes se posicionen entre los favoritos de la contienda, así como el senador Rementería reconoció que el gobernador Cuitláhuac García resultó más mañoso de lo que advertía en 2017 y que Morena no dejará el poder sin dar batalla. 

Por ahora el acuerdo entre estos grupos se basó en la promesa de Marko Cortés de respaldar, con el apoyo del PRI, del PRD y de Claudio X. González, a quien lidere los sondeos de popularidad, con la garantía de que ni uno ni otro grupo se cruzarán de manos (en caso de quedar en segundo lugar). Con un acuerdo así de endeble, como lo reconoció el propio Santiago Creel, estas negociaciones continuarán sacando chispas.