
Un padre de familia, Antonio de Jesús Sarmiento y dos de sus hijos, Gael y Alexander, de 9 y 12 años, murieron por un ataque a tiros ocurrido en una carretera de Culiacán, Sinaloa, México, el pasado domingo 19 de enero. Un hecho de violencia en el que los agresores presuntamente intentaban robarles el vehículo en el que la familia se trasladaba.
Este jueves habitantes de de Culiacán participaron en una multitudinaria marcha para exigir justicia por los homicidios. La concentración dio inicio en la escuela Sócrates, donde Gael cursaba sus estudios, y avanzó por la avenida Álvaro Obregón hasta el Ayuntamiento de Culiacán. Ahí, los manifestantes se detuvieron momentáneamente para exigir respuestas a las autoridades municipales. Finalmente, el contingente llegó al Palacio de Gobierno estatal.
Al grito de "¡Narcogobierno!", "¡Fuera Rocha!" y "¡Queremos paz!", los manifestantes intentaron ingresar al edificio del Palacio de Gobierno del Estado, pero los guardias de seguridad cerraron el acceso principal. Por lo que los cristales de la puerta fueron quebrados a patadas y los asistentes a la marcha ingresaron al inmueble.
Una vez que ingresaron al edificio, algunos de los inconformes vestidos de blanco comenzaron a romper los plafones de algunas paredes en el Tercer Piso, donde se ubica la oficina del Gobernador Rubén Rocha. Los manifestantes también pidieron la destitución del mandatario morenista, acusándolo de tener nexos con el crimen organizado.
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Se informó que Rocha Moya recibiría a una comitiva de los inconformes, entre los que se encontraba la mamá de Alexander y Gael Antonio, así como Óscar Loza Ochoa, defensor de Derechos Humanos, pero ante los hechos violentos la reunión se suspendió.
"Formalmente les comunicamos la convocatoria a la reunión. Ustedes fueron testigos de las circunstancias. Incluso después de los acontecimientos, reiteramos la invitación. Teníamos compañeros dialogando, proponiéndoles reunirse, pero no aceptaron", dijo el secretario general de gobierno, Feliciano Castro Meléndrez.
La grave ola de violencia que afecta a Sinaloa acumula más de 600 asesinatos desde que estalló la pugna interna entre las fracciones del Cártel de Sinaloa, tras la detención de Ismael "El Mayo" Zambada y Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán, en los últimos meses de 2024.
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