Andrés Manuel López Obrador hizo un llamado a la calma sobre la crisis política que está atravesando Nuevo León. Cuestionado una vez más sobre el tema durante su conferencia de este viernes, el mandatario minimizó los riesgos, descartando un escenario de ingobernabilidad, pues consideró que pronto se llegará a un acuerdo.

"Es un asunto de diferencias políticas, diría que partidistas, electorales. Tampoco hay que alarmarse mucho o empezar a exagerar porque las instituciones estatales, federales, tienen un funcionamiento normal", dijo, defendiendo que la entidad no está en riesgo de una anarquía.

El presidente se mostró confiado de que se logrará un acuerdo por los intereses implicados y en ese sentido consideró que las autoridades estatales serán las que resuelvan el caso o, en su defecto, por las autoridades legales competentes. Aunque en última instancia dijo que de buscarlo ambas partes, el gobierno federal podría ser intermediario.

Caos en el Congreso NL: irrumpen en el Pleno cuando la oposición buscaba nombrar al interino

Cuestionado sobre cuál es el gobierno que reconoce, el presidente respondió: "Vamos a esperar a que ellos decidan. Tengo confianza en que se van a reunir y van a dialogar".

Además, López Obrador se mostró molesto por el manejo mediático del tema, sobre todo tras su respaldo a Samuel García el día de ayer. "¿Cómo creen que no voy a defender a alguien que lo quieren descalificar o ganarle en la mesa si es lo que querían hacer conmigo en el desafuero?

Señaló que García tiene derecho de participar en la contienda electoral, pero apuntó a que toda esta oposición tiene que ver con el enojo del grupo que encabeza Claudio X. González. "Quiénes somos nosotros para juzgar", dijo ante los cuestionamientos de la prensa.