La derecha más nacionalista consiguió torcerle el brazo a Emmanuel Macron y aguar su debut al frente de Unión Europea. El Arco del Triunfo ya no resguarda la bandera comunitaria, que el mandatario francés había ordenado instalar para conmemorar la presidencia pro témpore de su país. A tres meses de las elecciones, el reemplazo de la bandera nacional por la europea desató una batalla simbólica que terminó con la oposición anotándose una pequeña victoria.

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Es indudable que Macron busca capitalizar su paso por la presidencia de la UE y aprovecharlo para asegurarse la reelección, pero la idea de liderar el bloque y fortalecerlo contrasta con los planes menos ambiciosos de la candidata conservadora Valérie Pécresse o de una estrategia de repliegue como la de los ultraderechistas Marine Le Pen y Éric Zemmour. Fue entonces que la bandera azul y de estrellas doradas fue emplazada en el momento menos oportuno.

Pécresse acusó al presidente de querer "borrar la identidad francesa", mientras Le Pen, acorralada por Zemmour -más a la (extrema) derecha que la líder de Agrupación Nacional-, amagó con llevar el caso a la justicia y festejó como una "gran victoria patriótica" cuando las autoridades retiraron la bandera. Incluso el candidato nacionalista Nicolas Dupont-Aignan, que apenas tiene chances, vio una oportunidad para sumarse la indignación: llamó a Macron profanador.

Pécresse no es anti integración, pero dentro de sus partidos hay varias corrientes. Algunas defienden más una soberanía nacional y otra es más pro europeísta, y por eso hace juegos de malabarismo

Pablo Del Amo, historiador por la Universidad Complutense de Madrid y analista del sitio Descifrando la guerra, explica a LPO que "en Francia tampoco existe ese eco por una UE más integrada, es decir, la izquierda de Jean-Luc Mélenchon no está a favor de una mayor integración y de hecho su programa electoral reivindica cuestiones de soberanía que deberían discutir los miembros del bloque".

El Arco del Triunfo luciendo la bandera de la Unión Europea.

Más allá de que los franceses compartan en mayor o menor medida el entusiasmo europeísta de Macron, la bandera europea flameó en el Arco del Triunfo en 2008, cuando Francia presidió temporalmente la UE. Pero en esa ocasión no se desató un cuestionamiento semejante. "Macron es el candidato europeísta con más posibilidades de ganar", asegura el experto en política europea, ya que la candidata socialista Anne Hildago y Los Verdes, también favorables a una mayor integración, tienen dificultades para ganarse al electorado.

Pero el uso que proyecta Macron de la presidencia europea los próximos seis meses no es meramente instrumental. El mandatario francés está dispuesto a empujar al bloque en la dirección de la autonomía estratégica, esto es, hacer del continente una región menos dependiente de la OTAN, reforzar la seguridad en las fronteras, servir de modelo global en la transición ecológica -aunque defendiendo la generación de energía nuclear- y legitimar a Europa como un actor internacional de peso como Estados Unidos, China o Rusia.

Los rivales de Macron ejercen un euroescepticismo relativo y por momentos impostado, como se dejó ver con el affaire de la bandera. Ningún partido con posibilidades de ganar el 10 de abril plantea una salida de la UE al estilo Brexit

Los rivales de Macron ejercen un euroescepticismo relativo y por momentos impostado, como se dejó ver con el affaire de la bandera. Ningún partido con posibilidades de ganar el 10 de abril (o en la segunda vuelta del 24) plantea una salida de la UE al estilo Brexit.

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"Pécresse no es anti integración, pero dentro de sus partidos hay varias corrientes. Algunas defienden más una soberanía nacional y otra es más pro europeísta, y por eso hace juegos de malabarismo. Le Pen y Zemmour son eurocríticos, pero no están llegando tampoco al límite de salir de la UE y del euro, como antes proponía Le Pen, sino una reforma dentro de la UE para servir a sus intereses, en la misma línea que Hungría y Polonia", dice Del Amo.

La sobreactuación en torno a la bandera es una muestra de lo dura que puede volverse la campaña. Hay un acuerdo tácito entre los candidatos de no dejar que Macron saque ventaja de ninguna situación. La última encuesta de OpinionWay-Kéa Partners publicada ayer lunes le da al presidente un 26% en intención de votos, seguido de lejos por Pécresse y Len Pen, ambas empatadas con el 16%. Zemmour, más atrás, aparece con el 13%. La izquierda recién asoma con Mélenchon (9%), y después vienen el ecologista Yannick Jadot (7%) e Hidalgo (6%).

Pécresse es quien tiene mayor margen para crecer y recortar distancia con Macron. Este martes lanzó oficialmente su campaña, instaló su sede cerca del Arco del Triunfo y se mostró rodeada de los precandidatos de su partido, Los Republicanos, a los que derrotó en las internas. Los incluyó en su futuro equipo de gobierno y prometió una campaña intensa, además de prometer a los votantes que les devolverá el orgullo de ser franceses.