Hace unos años, Juan Gualito era líder del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX). Hoy, es diputado local electo por la alcaldía de Iztapalapa. Sin embargo, sostuvo que mantiene su esencia. "Simplemente soy una herramienta", afirmó en diálogo con LPO desde el Palacio de Donceles, donde busca avanzar con una serie de iniciativas legislativas para mejorar las condiciones laborales en la capital nacional.
Entre los planes aparecen, explicó, la regulación de las aplicaciones de celular, la implementación completa de la reforma laboral de 2019 y una mayor cantidad de controles para que se respeten los derechos de la clase trabajadora. "Tenemos que entrar a una nueva cultura de trabajo donde no haya que olvidar a los empleadores a cumplir la ley", sostuvo y destacó el gobierno federal de Claudia Sheinbaum y el local de Clara Brugada. "Con la 4T vamos a ir hacia un México mejor", declaró.
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¿Qué balance hace de estos meses en el Congreso?
-Ha sido un trabajo muy extenuante. Hemos sacado más de diez minutas de dictamen en materia federal. Hemos aprobado muchas leyes y reformas en materia local que van adaptando lo que nosotros llamamos el segundo piso de la Cuarta Transformación. En lo que respecta al trabajo, aunque la misma es una materia estrictamente federal, hemos buscado la manera de dotar a la Secretaría de Trabajo y a los órganos relacionados para avanzar con la reforma de 2019, que ha sido una reforma reconocida a nivel mundial. Esta Legislatura tiene un trabajo más técnico a la anterior. El Congreso pasado sentó los cimientos, la obra negra de la Cuarta Transformación. Ahora, el desafío pasa por ver cómo vamos a adaptar al Estado cada vez más alejado del neoliberalismo y más cerca del humanismo mexicano sin una referencia ni histórica ni mundial. La ruta ha sido buena y los resultados no están en las iglesias macroeconómicos que creen los neoliberales, sino en el día a día de la gente: vuelve a subir el salario mínimo, hay más programas sociales, hay dinero circulando en la calle, hay mejor movilidad y la seguridad de Omar García Harfuch empieza a dar resultados.
¿En que consistió la reforma de 2019?
-Fue una reforma muy sencilla, pero muy profunda. Sencilla en el texto, pero lo que hacemos nosotros es garantizar la libertad sindical, es decir, que los trabajadores tomen el destino de sus organizaciones en sus manos para no depender de la patronal. Segundo, ampliamos el rango de delitos para acabar con las nuevas formas de esclavitud porque no puede ser posible que expoliaran tanto a un trabajador de manera legal. Ahora, los trabajadores tienen mayor poder adquisitivo, mayor acceso a la plusvalía y esto genera mayor dinero en circulación porque gastan más: el trabajo genera riqueza, la riqueza se distribuye y vuelve a generar más riqueza y más circulante.
¿Sobre qué puntos de esta reforma resta trabajar para que empiece a dar resultados tangibles en el día a día?
-Está vigente desde el 2019, el problema es que necesitamos adecuar algunas cosas porque el problema ya no está en el papel, sino en cómo se implementa. Tenemos que ver cómo dotamos a la Secretaría del Trabajo y a sus órganos de inspección para que se garantice su cumplimiento. En caso de un incumplimiento por parte de los empleadores tiene que haber una sanción. Un ejemplo: los trabajadores que durante la época neoliberal limpiaban en el Metro. Eran empresas que daban las altas cada seis meses, que a veces daban seguridad social y a veces no, que empleaban a adultos mayores y, a veces, desaparecía la empresa con sueldos de hambre. Ahora, tenemos mayores garantías, pero necesitamos que se cumplan con inspecciones de trabajo. En caso de que las empresas no cumplan, se les hacen cargos fiscales de manera punitiva. Tenemos que entrar a una nueva cultura de trabajo donde no haya que olvidar a los empleadores a cumplir la ley.
¿En qué aspectos laborales podría avanzar el gobierno de Claudia Sheinbaum?
-Un ejemplo podría ser una reforma al 123, avanzar en la regulación de los trabajadores de las aplicaciones, la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres. Con las reformas al artículo 123 buscamos reconocer a los trabajadores de las aplicaciones como tal y no como prestadores de servicios. El hecho de que no tengan un lugar físico de empleo no quiere decir que no haya una subordinación a un patrón. Eso es otra forma de cómo engañar y una nueva trampa a la ley y por eso buscamos regularlo. Lo siguiente sería ver cómo regulamos lo que nosotros llamamos el fenómeno de aquellos que se autoemplean, los que trabajan en la vía pública, aquellos que no tienen un patrón determinado, pero que el sustento no les da para ser empresarios.
¿Cómo es trabajar el aspecto laboral desde la CDMX al tener en cuenta que es una materia federal?
-El primer punto es el reconocimiento de los trabajadores por aplicación como lo que son. El segundo, trabajar en el tema de las trabajadoras domésticas, que ya se reconocen como trabajadoras. Ese tipo de fenómenos sociales tienen que estar reconocidos en la ley para que sean garantes de derechos, como la seguridad social, servicios médicos y la jubilación. ¿Cómo regulamos eso? Avanzando, pero lo primero es el reconocimiento para que puedan ser reconocidos como tal o para ver cómo hacemos acuerdos con el IMSS-Bienestar para mejorar sus servicios médicos. A partir de eso, ¿Cómo creamos los instrumentos para que tengan una jubilación digna? Tenemos que garantizar los derechos mínimos de seguridad e higiene para poder desarrollar una actividad de determinado tipo. Por ejemplo, los trabajadores por aplicación deben tener un espacio dónde poner sus motos y bicicletas, un casco, seguros de vida y diversos instrumentos legales que debemos ir dotando en la ciudad.
¿Cómo describiría la actualidad laboral en la Ciudad de México?
-Ha cambiado, a pasos agigantados hemos ido acabando con el fenómeno del charrismo y del corporativismo. La ley te obliga a tener representación real de los trabajadores, es decir, que los trabajadores realmente elijan si quieren tener un contrato colectivo de trabajo o cómo se van a regular las relaciones patronales. Eso ha obligado a las organizaciones sindicales a abrirse, a que los conozcan y a ir acabando con los contratos de protección. Entonces, el trabajador al saberse sujeto de obligaciones y derechos busca de manera natural autoorganizarse por sus derechos y esto ha avanzado a limitar violencias en los centros de trabajo, conquistar derechos laborales y garantizar prestaciones. Al mismo tiempo, los patrones han sido más conscientes que si tienen una actividad sindical activa, los trabajadores van a trabajar de mejor manera porque el trabajo está más contento a medida que su salario aumenta.
¿Qué puede hacer Clara Brugada en materia laboral?
-Por ejemplo, las inspecciones laborales son un trabajo local. El objetivo es dotar a los inspectores con más herramientas legales para que estén más capacitados para garantizar la aplicación de la ley. Podemos dotar a la Justicia con mayores conocimientos en materia laboral, darle más herramientas el centro de reconciliación oral porque la mayoría de los juicios se pueden resolver de esa manera. Además, necesitamos que la Secretaría de Trabajo no sea solo un garante para fomentar el empleo, sino para ver cómo fomentamos el empleo digno. No es crear muchos changarros, como decía (Vicente) Fox, sino que el objetivo es crear trabajos dignos con empresas que puedan garantizar los derechos laborales, la seguridad social y buenos sueldos mientras los empleadores obtienen ganancias.
"Es probable que en México venga una larga fase de reinado de la izquierda"
Las últimas elecciones en el continente empiezan a mostrar un alejamiento de las bases trabajadoras de los gobiernos progresistas, ¿Cómo tener en cuenta esto en la actualidad nacional?
-Hace unos días escribí en ese sentido: ¿Los sindicatos pueden o no tener ideología? ¿Por qué? Porque históricamente los sindicatos tienen una carga de izquierda por una esencia de clase de la defensa que hacemos ante el explotador. El fenómeno neoliberal intentó darles a los sindicatos un elemento de neutralidad y eso condujo a que las direcciones sean atraídas por las derechas y los conservadores. Entonces, aunque el fenómeno natural sea que la base trabajadora se mueva hacia la izquierda, las direcciones pueden ser cooptadas o corrompidas por la derecha, como pasó en Bolivia durante el golpe de Estado o en Chile contra Salvador Allende.
Es por esto que tenemos que construir educación entre los trabajadores, regresar a la esencia de clase y que los sindicatos se defiendan de manera colectiva. Al haber mayor organización y educación, las organizaciones van a ir hacia la izquierda rebasando por izquierda a las direcciones corruptas o corrompidas y a aquellos que coquetean con la derecha. Por ejemplo, el sindicato más grande de la CDMX es el de los trabajadores del gobierno de la Ciudad. Históricamente fue un sindicato corporativizado y muy pegado al régimen priista. Cuando abrimos la vía democrática, cuando empieza a haber corrientes democráticas en su interior se corrió naturalmente hacia la izquierda y hoy fue un sujeto muy importante en el triunfo de Clara Brugada. Calculamos que de ahí salieron más de 200 mil votos en su favor y eso no es algo menor. Esto no partió de posiciones impuestas, sino de posiciones propias porque el sindicalizado tiene a su mamá que recibe un programa, a su hijo con una beca, es decir, es un proceso natural. Por eso, como decía Andrés Manuel, uno de los grandes problemas de la sociedad es la corrupción porque se pierde la esencia de clase por dinero y poder y la dirigencia de algunas centrales de estos países están ligadas a los intereses del capital, aunque la base social no lo haga.
¿Cómo analizas al gobierno de Clara Brugada?
- Estamos convencidos de que Clara es una luchadora social convertida en gobierno. Cuando eres un luchador social y emanas de las luchas del pueblo entiendes sus necesidades y lo que más duele. No por eso se quita la esencia de gobernante. Debemos gobernar para todos y todas, pero si se entienden las necesidades de quienes viven de manera terrible porque la CDMX es una ciudad terriblemente contrastante. En Álvaro Obregón, por ejemplo, hay cinco minutos entre las colinas más exclusivas y las más pobres. Sin ignorar esas contradicciones, Clara tiene claro que tenemos que hacer esas diferencias todavía más chicas y tenemos que lograr quitarlas. Tenemos que lograr que el recurso público llegue a quien más lo necesita sin obviar las necesidades propias de la sociedad, como la seguridad, servicios médicos y educación, pero tenemos que hacer que los que menos tienen vivan de manera más digna para que las diferencias no sean tan fuertes.
Acá en el Congreso el PAN se burlaba diciendo que no estamos en Dinamarca. Obviamente no estamos en Dinamarca porque allá no existe el PAN ni nunca existió el saqueo del prianismo. Tenemos que reconstruir la sociedad y creo que vamos en buen camino. El programa de Clara va encaminado a eso porque sigue siendo el mismo que el de Andrés, sigue siendo el mismo que el de la Doctora. Con la 4T vamos a ir hacia un México mejor, creo que durante los próximos 30 o 40 años Morena no se va a ir del gobierno, pero va a ser un mejor país.
¿Cómo es su historia de líder sindical a diputado local?
-Es rara. Estudié para ser abogado y trabajaba al mismo tiempo. Cuando tú eres trabajador y estudiante es una hazaña. A diferencia de mis compañeros, yo no iba a la universidad y de ahí a las fiestas. Yo llegaba de trabajar para estudiar y me dormía, reprobaba, pero finalmente pude sacarlo. Tengo mucho de este nivel de superación del que habla el neoliberalismo. Cuando salgo de la escuela, vuelvo al centro de trabajo porque nunca me fui de ahí y uno empieza a aplicar lo que aprendió con los compañeros, con los que vas creciendo de manera generacional. En el último tiempo logramos ser el apoderado del sindicato más grande de la Ciudad, pero era raro porque yo nunca pude estar en la oficina. Yo a las 5:30 de la mañana estaba en los centros de trabajo, como los temas trabajadores. Decían que ahí venía el licenciado o el abogado, pero yo andaba en tenis, en pantalón de mezclilla y jeans, pero así nos fuimos defendiendo. Más que abogado, fui una herramienta de los trabajadores reconociendo las herramientas y la dirección de los trabajadores. Yo simplemente soy una herramienta. Hoy cumplo una tarea más como herramienta de los trabajadores en el Congreso. Obviamente tenemos que seguir estudiando y preparándonos, pero a mí me queda claro que mi norte es el trabajo y en hacerlo digno. Mi trabajo legislativo va encaminado a eso. Tengo que profundizar un poco más en el trabajo territorial, pero lo mío es el mundo del trabajo.
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