"Tengo la copia del tratado que firmamos en 2018 con la tinta original en mi casa", se entusiasma el Dr. Juan Carlos Baker mientras muestra una foto de él, sonriente, sosteniendo el papel que luego convirtió en cuadro. El exSubsecretario de Comercio Exterior entre 2016 y 2018 y actual académico de la Universidad Panamericana conoce el T-MEC de memoria: fue una pieza clave en la negociación que culminó con su firma aquel 30 de noviembre de 2018, el último del sexenio de Peña Nieto, y que hoy protege al 80% de las exportaciones mexicanas de los aranceles impuestos por Donald Trump.

Con la inminente revisión del acuerdo, Baker vuelve a escena. En diálogo con LPO, el economista, que ha lidiado con presidentes, negociadores y más de un ultimátum comercial, analiza cómo México puede jugar sus cartas en un tablero donde Estados Unidos está dispuesto a barajar de nuevo.

¿Cómo ve a la economía de México?

Hay que darle mérito a la economía mexicana, que ha sabido ser muy resiliente. Si esta conversación estuviera sucediendo en enero, mi respuesta hubiese sido definitivamente más negativa. Siete meses adelante, creo que Trump ha intentado todo lo que ha dicho que iba hacer pero la realidad económica con la cual se ha enfrentado, ha impedido de manera natural - y no por convicción- que el agua se desborde. La economía mexicana ha encontrado formas de adaptarse, algunas más creativas que otras, y arroja números ligeramente mejores de lo que se esperaba. Tampoco es para que festejemos pero al menos ya estamos en el terreno de lo positivo.

Una  de las fortalezas que tenemos, totalmente circunstancial, es que EU ha puesto aranceles a algunos competidores directos de México en el comercio con EU. Mientras nuestros competidores paguen más, tenemos un margen. Por supuesto, la otra cara de la moneda es que eso puede cambiar intempestivamente, si EU decide aumentarnos los aranceles a nosotros.

¿Qué alertas amarillas aparecen hacia adelante?

Primero, y tal vez más preocupante, es cómo vamos a cuadrar el presupuesto. El 8 de septiembre tendremos la primera visualización de qué espera el gobierno para el 2026 y yo soy bastante escéptico. Creo que el dinero está muy corto por todos lados, y todavía vamos a incurrir en un déficit. Esto limita el margen de acción del gobierno, que debe pagar el costo de oportunidad de tomar determinadas decisiones políticas y depende de variables externas para lograr un crecimiento.

La segunda alerta es cómo se va a redefinir nuestra relación comercial con EU. Es un frente que hasta ahora hemos librado bien. Así: bien. A secas. Sin quitar mérito a lo que se ha conseguido, si bien es cierto lo que dice el secretario Marcelo Ebrard de que un porcentaje muy importante de las exportaciones se encuentran libres de arancel gracias al T-MEC, las fotos se ven diferentes en el análisis de las industrias específicas. Automóviles, acero, cobre y, potencialmente, vehículos pesados, farmacéuticos, semiconductores. Están empezando a aparecer huecos dentro de ese porcentaje, industrias que están pagando aranceles altos, con potencial de verse realmente asfixiadas.

Y tercero, la obligación de inversión - en infraestructura, en energía, en parques industriales- es muy grande. Se puede ver en los aeropuertos, en los pasos fronterizos. Tienes un comercio del siglo XXI, con una infraestructura del siglo XIX. Y hay algunas cosas en las cuales el sector privado podría invertir. Pero para que alguien quiera invertir su dinero en el país, debe sentirse cómodo. Y hay empresarios que no se sienten cómodos con algunas reformas, como la judicial.

La presión de Estados Unidos, ¿afecta también a las decisiones de inversión?

Hay sectores más presionados- como el automotriz- que sí pueden estar esperando definiciones. Pero he visto de todo. Desde empresas muy escépticas hasta otras que están invirtiendo mucho. Y la idea que define estas intenciones de inversión, tiene que ver con cómo espera cada una que se defina la relación EU y México. Luego hay incentivos que el gobierno de México hace para que más personas y empresas tengan este entendimiento positivo, como el Plan México. Le faltan muchos detalles y coordinación, pero es el primer esfuerzo medianamente sólido de tener una política industrial, con definición de sectores, métricas, y un criterio geográfico. Además creo que el gobierno le va a dar el tiempo para que madure, que es clave para un plan de este estilo.

"El Plan México el primer esfuerzo medianamente sólido de tener una política industrial, con definición de sectores, métricas, y un criterio geográfico"

Rodrigo González Olivares

VÍNCULO MÉXICO-EU

En el vínculo con EU, lo primero que aparece son las negociaciones por los aranceles. ¿Qué cree que va a pasar una vez que se cumpla el plazo de 90 días de pausa?

Olvídate de los noventa días que actualmente están corriendo, porque eso es un parche. Se tiene que atender, pero no es el tema central. Si se extiende o no, quién sabe, pero el proceso de fondo es la revisión del T-MEC. Aranceles es un tema a discutir. Pero ¿qué vamos a hacer con las verificaciones? ¿Qué vamos a hacer con la aduana? ¿Qué vamos a hacer con los subsidios? ¿Qué vamos a hacer con China? Eso no puede definirse en estos noventa días. Para tener una visión más integral, pienso que adelantar la revisión del T-MEC no es mala idea.

En esta pausa EU está tratando de que México revise barreras no arancelarias. ¿Ya está viendo algún cambio en este sentido?

No. Tampoco sabemos realmente a qué se refiere EU con este pedido. Está el documento que publicó la oficina del representante comercial de EU en marzo de este año. Pero si tú vas al informe de esa dependencia de hace diez años, hay muchas cosas que son las mismas. Entonces, no es que Trump llegó a la Casa Blanca y se dio cuenta que existían estas barreras, sino que es una tensión que se arrastra desde hace décadas. Me parece que México sí va a tratar de hacer un esfuerzo para resolver algunas de esas cosas.

¿Cuáles pueden ser?

Aquellas que se puedan arreglar a través de una decisión de la autoridad, decisiones administrativas, o decretos. Autorización de patentes, dotación de recursos en las aduanas para que no se tarden los trámites. Veo más difícil que se apliquen aquellas que implican cambios legales más profundos, porque no hay apetito en el gobierno para hacerlas. Y no por falta de mayoría en el Congreso, sino por un tema de narrativa.

En esta negociación, ¿México está subordinado a Estados Unidos?

Por supuesto que hay una asimetría entre ambas economías. La de EU es más grande y tiene un mercado interno más poderoso que el de México, pero yo siempre he estado muy en contra de la idea de que México está indefenso frente a Estados Unidos. La verdad es que no es cierto. No queremos pelear, pero si en algún momento esto escala hasta llegar a una guerra a distintos niveles, la capacidad de daño que tiene México con EU es considerable. Que eso vaya a hacer que Donald Trump cambie de opinión y que ahora nos convirtamos en mejores amigos, no lo veo posible, porque es una narrativa que políticamente ni le sirve a Trump y tampoco le sirve a México.

"¿Qué vamos a hacer con las verificaciones? ¿Qué vamos a hacer con la aduana? ¿Qué vamos a hacer con los subsidios? ¿Qué vamos a hacer con China? Eso no puede definirse en estos noventa días"

Rodrigo González Olivares

REVISIÓN DEL TMEC

¿Cuándo estima que comenzará la revisión del T-MEC?

El tratado dice que debería ser el año próximo, pero podría llegar a adelantarse. Y, como dije anteriormente, puede ser hasta deseado que eso suceda.

¿Y puede esa revisión llegar a convertirse en una renegociación o en el fin del tratado?

Yo no creo que el T-MEC vaya a desaparecer, por la complementariedad de las economías y la importancia que tiene el tratado para ambos países. Pero sí creo que el T-MEC como existe ahora ya no lo vamos a ver íntegro. Es que basta con ver a Donald Trump y a su gente, para darte cuenta que ellos ya no creen en el arancel cero. EU va a intentar establecer nuevas condiciones, como un T-MEC más acotado a determinados productos y con condiciones que a ellos les convengan. El reto para México y Canadá va a ser establecer una estrategia firme.

¿Qué cláusulas o temas piensa que pueden ser más vulnerables en este contexto de tensiones comerciales?

No me atrevo a decirte un tema mucho más vulnerable o importante que los demás. Conociendo a EU, te va a decir que todo es importante y que todo lo tienes que solucionar.

Si tuviera que dar algún consejo al equipo que negocie la revisión del T-MEC, ¿cuál sería?

Hay dos grandes definiciones que México tiene que buscar. La primera es que, con la obsesión que tiene el presidente Trump con los déficits comerciales, no es loco pensar que EU pueda pedir que el acceso a su mercado vaya a estar topado en relación al déficit. No tiene sentido económico, para ninguna de las dos partes, pero esto no es económico. Cualquier sugerencia de que México vaya a tener que conformarse con un acceso limitado al mercado estadounidense, tiene que rechazarse absolutamente en los términos más categóricos. Y puedo pensar en el top 50 de razones que México podría argumentar para eso: desde la complementariedad, hasta que el déficit contiene parte de lo que hacen empresas de EU radicadas en México.

La segunda, más importante y más difícil, será definir el concepto de seguridad nacional. EU se ha apoyado mucho en este concepto para implementar condiciones, algunas de las cuales han ido a corte. México no puede impedir que EU utilice ese concepto, pero deberá exigir una definición más clara, por lo menos, dentro del T-MEC.

¿Cuál debería ser la postura de México respecto a China?

China es el segundo socio comercial de México, de EU y de Canadá. Así se fue estructurando el comercio los últimos 20, 25 años. Y si eso ya no gusta, por la razón que sea, no puedes simplemente desconectar. China es un país al que no puedes cerrarle las puertas, porque existe y es muy importante. Lo que yo creo que hay que hacer con China es sentarte con ellos y marcarle los sectores que queres proteger y desarrollar solo, en estos con el T-MEC, y en estos es juego libre. Y China decidirá si quiere jugar o no.