Este mes de julio Carlos Slim, a través de Carso, firmó el contrato con Pemex para reactivar Lakach, un proyecto que analizan desde finales del año pasado y que despierta dudas en el mercado y en el propio entorno del magnate. Sucede que las motivaciones trascienden a este negocio: van por tener influencia en la petrolera.
Por estos dÃas la pelea por la dirección de Petróleos Mexicanos entre el grupo de Octavio Romero y Rogelio RamÃrez de la O sigue muy encendida y Claudia Sheinbaum imprime suspenso sobre esta designación en la medida en que se va acercando la fecha de la transición.
Un mal presagio de este entramado es que este lunes se haya anunciado la designación para CFE, que estará a cargo de Emilia Calleja, pero Sheinbaum no dispersara ninguna duda sobre el esperado anuncio de Pemex. Una trama que también involucra a Slim, según pudo conocer LPO.
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Para analistas y dentro del propio Carso, el negocio de Lakach, que fue abandonado por New Fortress un año atrás, tiene poco sentido comercial para la empresa de Slim, sin embargo, la lectura cambia si se entiende como una jugada del magnate para poder influir en la próxima dirección de la petrolera mexicana, señalan fuentes a esta redacción.
Esta lectura confluye a la par de que Slim visita Palacio Nacional, se reúne con Sheinbaum y recientemente con el titular del Consejo Coordinador Empresarial, Francisco Cervantes, que ha buscado fortalecer su relación con la próxima presidenta.
Vale recordar que desde noviembre del año pasado, cuando la firma estadounidense se retiró del proyecto de extracción de gas natural de este campo ante la baja rentabilidad, esta redacción reveló que la empresa de Slim estarÃa interesada en ocupar ese lugar, lo cual fue confirmado por López Obrador en su mañanera del pasado 14 de junio.
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Casi un mes después, Carso notificó ante inversionistas la firma del contrato de servicios por más de mil 200 millones de dólares. Un modelo de negocios que implica ciertas limitaciones para la firma de Slim pues estará sujeto a las determinaciones de la petrolera y la ganancia no está atada a su producción, lo que para analistas y personas del entorno del empresario, "el proyecto no tiene ningún sentido comercial".
Eso sin dejar de señalar que algunos expertos han enfatizado en los retos que implica la explotación de un campo en aguas profundas, sumado a los precios del mercado de gas natural para comercializarlo.
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