
El manejo de Pemex envÃa señaales a Washington en plena tensión con Donald Trump. Los movimientos de esta semana en la colonia Anzures fueron muy evidentes: mientras la petrolera China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) se desprendió de sus últimos proyectos de exploración y extracción en territorio mexicano, la cúpula de Pemex tuvo reuniones con directivos de Woodside, firma de capitales australianos que llegó a México en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Pemex necesita elevar sus reservas, que se encuentran en bajos históricos, y por eso en el sector crece la especulación de que la empresa se asociará con privados para encarar proyectos de aguas profundas. Uno de ellos es Woodside.
A mediado de enero, la petrolera china recibió la aprobación por parte de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) para concluir de manera anticipada su participación en el bloque contractual CNH-R01-L04-A1.CPP/2016. Un año antes también concluyó el trámite para la devolución anticipada total del bloque 4. El tramite de enero se realizó casi en tiempo récord.
La salida de CNOOC, una de las empresas más grandes del pais oriental, ocurre en el marco del regreso de Trump a la Casa Blanca para cumplir su segundo mandato, en el cual mantiene su tensión con el paÃs asiático con amenazas de aranceles, mientras que el gobierno mexicano también se suma a la cruzada contra el crecimiento del comercio chino para evitar represalias por parte del republicano.
En ese contexto, la petrolera mexicana plantea avanzar en proyectos de aguas profundas, un giro en la estrategia de la administración pasada ante los datos que demuestran la dificulta de Pemex de revertir la caÃda en la producción de crudo.
Como ha documentado esta redacción, el director general de Pemex, VÃctor RodrÃguez Padilla, apuesta a la asociación de privados, donde estos últimos comparten parte importante del riesgo de estos proyectos.
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