En el marco de la 27 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), Pemex se comprometió a invertir hasta 2,000 millones de dólares para reducir la quema y el venteo rutinario en las operaciones de petróleo y gas. Sin embargo, el rezago que la petrolera mexicana acumula en esta materia y la ausencia de una estrategia clara genera poca credibilidad.

Las alarmas sobre Petróleos Mexicanos no son nuevas. La empresa estatal lleva años sin cumplir con la norma de quema de gas, que establece una quema de 2% y los últimos datos tampoco dan señales de un giro sustancial. De hecho, si bien en los primeros meses del año se vio una disminución, para el tercer trimestre volvió el repunte, registrando niveles de 10.4%.

"Hubo una reducción, parecía que empezaba a reducir el porcentaje de quema, pero incluso entonces, apenas estuvo por debajo del 10% y en los últimos trimestres hemos visto que otra vez vuelven a repuntar, pareciera que no ha habido el suficiente esfuerzo", señala Fluvio Ruíz, ex consejero de Pemex, en diálogo con LPO.

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En un análisis realizado por Ruíz Alarcón sobre el tercer reporte trimestral de Pemex, señala que el volumen de gas enviado a la atmósfera en el transcurso de 2019 y 2021, pasó de 243 a 712 millones de pies cúbicos diarios (MMpcd), con lo que "aumentó en un dramático 193%" y luego se observó una reducción entre el tercer trimestre de 2021 y su similar de 2022, pasando de 605 a 491 MMpcd, pero a partir del último trimestre vuelve a repuntar.

De acuerdo con el reporte de la petrolera, ese repunte se debe a la falta de infraestructura para nitrógeno, mantenimiento y fallas en equipo de bombeo, pero también destaca que enfrentó rechazos de los centros procesadores de gas de Pemex Transformación Industria, pues era un gas que no tenía las especificaciones mínimas, así que se tuvo que quemar.

En ese escenario, México presentó su compromiso ante la conferencia sobre cambio climático, el cual fue dado a conocer a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Sin embargo, el éxito que pueda tener es leído con poco entusiasmo entre los analistas que advierten los amplios retos que sobrepasar para lograr las metas, que tampoco son muy claras.

En primer lugar, expertos coinciden en que se requiere un programa fuerte de inversión en materia de infraestructura, por ejemplo, plantas separadoras de nitrógeno, con urgencia se requiere también incrementar el almacenamiento y ductos.

"No tenemos una red de ductos a nivel de lo que demanda el país, a pesar de los esfuerzos de CFE. Hay proyectos para expandir esos ductos, sí se están llevando acciones, pero el rezago es grande y todavía falta trabajo por hacer para llevar el gas natural a todas las regiones del país", señala por su parte Oscar Ocampo, analista del IMCO.

Otro elemento que observa Ruíz Alarcón es la dependencia que el país sigue teniendo de ingresos petroleros: "Para realizar esos trabajos e inversiones, pudiera ser necesario disminuir el ritmo de producción de crudo para hacer los trabajos necesarios y es algo que no se ha considerado viable económicamente", dijo.

El anuncio, por otro lado, tampoco detalla una estrategia clara, lo que resulta problemático, en opinión de Ocampo, quien señala que además del venteo y la quema de gas, urge atender las emisiones fugitivas, una problemática también complicada de encarar.

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"El plan no suena realista porque no dice más, como en qué proyectos específicos, en qué horizonte de tiempo se utilizarán estos recursos, si serán totales de Pemex o apoyos del gobierno federal, no queda claro", criticó el analista del IMCO.

Así, ambos expertos coinciden en que la cantidad anunciada resulta apenas suficiente para poner en marcha un plan de este tamaño, pero insuficiente para toda la infraestructura que se requiere, tanto en modernización como para el mantenimiento de todos los procesos de Pemex.