Como consecuencia de los nuevos bombardeos en territorio ucraniano que tuvieron lugar durante la madrugada del miércoles, la central nuclear ucraniana de Zaporiyia -actualmente bajo control ruso- se quedó sin suministro eléctrico necesario para el enfriamiento de los reactores.
Al respecto fue contundente el director del Organismo Internacional de la EnergÃa Atómica (OIEA) Rafael Grossi: "Cada vez que se produce un incidente de este tipo, estamos jugando a los dados". Ante el consejo de Gobernadores de la ONU, agregó: "Si permitimos que esto continúe una y otra vez, un dÃa se nos va a acabar la suerte". Hizo asà un llamado a la comunidad internacional a comprometerse en la protección y la seguridad de esta planta nuclear.
Según confirmó el propio Ministerio de Defensa ruso, en el ataque se utilizaron misiles hipersónicos entre los 81 cohetes lanzados en la ofensiva de este jueves contra Ucrania. Las sirenas antiaéreas sonaron sobre la capital durante siete horas.
Lo que ocurrió es que la lÃnea de 750 kilovoltios que alimentaba la estación fue desconectada, y como consecuencia, se activaron los 20 generadores diésel de emergencia de la planta. Estos generadores cuentan con combustible suficiente para apenas 15 dÃas de funcionamiento.
Grossi se refirió a estos generadores como "la última lÃnea de defensa", y denunció que esta es la sexta vez que Zaporiyia, la central nuclear más grande de Europa, opera en modo de emergencia.
Si bien el titular de la OIEA lleva meses reclamando la creación de una zona de seguridad alrededor de la planta para evitar un accidente nuclear, con este nuevo episodio recrudeció fuerte el tono de su discurso.
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