Este viernes 1 de julio Andrés Manuel López Obrador dará el banderazo de arranque en Dos Bocas, obra arterial en su proyecto de transitar hacia la soberanía energética, sin embargo, su arranque por ahora solo se limitará a un periodo de pruebas, como se anticipaba, y se prevé que la refinación pueda comenzar hasta en seis meses o más.

El proyecto iniciará en medio de una serie de cuestionamientos y advertencias desde el mercado, que desde un inicio advirtió que el tiempo fijado para el arranque de sus operaciones, así como su precio estaba subestimado, pues será hasta el año próximo cuando comience el proceso de refinar crudo, además de que su costo fue hasta 30%, rondando los 12 mil millones de dólares, como reconoció el propio gobierno.

Vale recordar que el proyecto siempre desató las dudas en el mercado energético ya que Rocío Nahle se propuso el ambicioso plan de terminar esta obra en tres años y con un precio de 8,000 millones de dólares, lo cual fue puesto en duda desde un inicio, pues los expertos advertían que, o tendría que hacerse más chica, o el precio seria mayor y no estaría funcionando para 2022, como se prometió inicialmente.

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En opinión de Arturo Carranza, experto del sector, la obra resultó más cara ante el aumento en los costos del suministro y traslado de equipos y materiales, efectos resultados de los choques a las cadenas de valor a nivel mundial por la pandemia y también, ante la premura de su inauguración, pues esto pudo causar un aumento de costos para sincronizar procesos.

Hay otros temas en donde el gobierno tampoco logra convencer al mercado y es respecto a la rentabilidad del proyecto. Para López Obrador, Dos Bocas suma parte de un proyecto que incluye la modernización de las seis refinerías existentes y la compra de Deer Park, como todo un sistema que permitirá al país contar con sus propias gasolinas y no depender del exterior, con el fin, asegura, de tener precios más baratos para el consumidor.

Para los mercados el plan resulta problemático pues puede meter mayores presiones para Pemex, empresa a la cual el gobierno federal ha destinado importantes inyecciones de dinero y que lucha por mantener ganancias y reducir su deuda, además de no comprometer más las finanzas públicas, por lo que está en la mira de las calificadoras internacionales.

Un estudio elaborado por el IMCO señaló que la puesta en marcha de esta refinería, llamada Olmeca, agravaría más la situación financiera de Petróleos Mexicanos sobre todo, porque la subsidiaria Pemex Transformación Industrial (PTRI) arrastra pérdidas por más de una década.

Dentro de las calificadoras, Moody's ha sido de las más criticas a este proyecto, advirtiendo también el riesgo crediticio, pues consideró que la puesta en marcha de Dos Bocas agregará exposición a un margen más bajo de producción de combustible y reducirá las exportaciones de crudo de PEMEX y la generación de ingresos en dólares estadounidenses.

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En ese sentido, Carranza recalcó que la refinación de petróleo "es uno de los negocios de la industria que demanda las mayores eficiencias administrativas y de operación para hacerlo rentable", lo que representa en sí un reto para la petrolera mexicana.

Para el experto, un aspecto clave para que este proyecto salga a flote es que se logren acuerdos en los esquemas laborales entre Pemex y su sindicato que generen ahorros y, así, reducir costos administrativos y de operación.

"Si Pemex es capaz de reducir costos administrativos y operativos, podrá aprovechar de mejor manera una coyuntura internacional que en los últimos meses ha favorecido al negocio de la refinación y que tiene que ver con la reducción de la capacidad de refinación a nivel global por el conflicto entre Rusia y Ucrania, y por las políticas de transición energética que se implementan a nivel internacional", señaló.