En 2020, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador visitó Yucatán para anunciar nuevas obras en materia energética, con la promesa de combatir los apagones. Cinco años después, un nuevo apagón masivo evidenció que la fragilidad en materia eléctrica prevalece en la Península. 

El caos que generó el apagón del fin de semana encendió las alarmas entre gobernadores morenistas como Joaquín Díaz Mena (Yucatán), Mara Lezama (Q. Roo), Javier May (Tabasco) y Layda Sansores (Campeche). Temen que si la situación se vuelve crónica exista un castigo en las urnas en las elecciones intermedias. LPO pudo conocer de varias llamadas en todo elevado a las oficinas de CFE en la CDMX. 

De acuerdo con las autoridades, una falla en una línea de transmisión provocó la falta de electricidad y tras seis horas, la CFE logró restablecer el servicio, pero no calmar las alertas de que este problema volverá a repetirse, pues como aseguran expertos consultados por LPO, más allá de esta falla se pone en evidencia un problema estructural.

Sucede que la Península de Yucatán sufre de un déficit en materia de generación eléctrica, por lo que importa alrededor del 40% de la electricidad que consume. Esta energía llega a través de líneas de transmisión y la región solo cuenta con dos. Al fallar una, se tuvo que desconectar todo el suministro, dejando a miles de casas, negocios, calles, sin luz.

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Aunque se pensaría que el problema es de la falta de transmisión eléctrica -que en parte lo es- el transfondo del apagón es la falta de generación de energía, explicó Arturo Carranza, especialista del sector. Y la alerta es que su solución no estará lista en el corto plazo. 

Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador se apostó a dos grandes proyectos de ciclo combinado para poder generar la energía suficiente en la región. La proyección fue que funcionarían este año. Si bien ambas plantas ya están terminadas, el gobierno anterior no contempló que lo que no estaría listo sería el gasoducto Mayakán, que suministrará el gas.

La empresa ENI, junto a CFE, anunciaron el año pasado la ampliación de 700 kilómetros de longitud del gasoducto, sin embargo, el proyecto ha enfrentado retos sociales por la oposición de algunas comunidades, retrasando el avance en alrededor de 34 kilómetros.

En ese contexto, la empresa de origen italiana proyectó que será hasta 2027 cuando esté lista, por lo que mantendrá por dos años en exposición de más apagones la región. Vale decir que desde 2023 la Cenace reportó un incremento en los estados de alerta en el sureste mexicano.

El problema se amplía también por la "cerrazón política" del sexenio anterior, opinó Oscar Ocampo, director de Desarrollo Económico del IMCO, pues señala que al apostarle solo al proyecto de las plantas, se dejó de invertir en otros proyectos de distribución eléctrica o de generación de energía limpia, los cuales fueron frenados en esa administración.

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Ahora hay algunos proyectos en marcha que darán un alivio parcial a la problemática, como Kantenah, una nueva línea de transmisión en Quintana Roo. También se propuso que las plantas de ciclo combinado puedan operar "a cielo abierto", es decir, usar otro tipo de combustible, como el diésel, lo que permitiría una operación limitada.

Pero el énfasis de los expertos es la urgencia de la construcción de infraestructura para la generación de energía. "Si no se hace rápido, la probabilidad de que se presenten más fallas se vuelve más grande", reflexionó Carranza.