Esta semana Marcelo Ebrard desmintió al diario Nikkei de Tokio, una de las cabeceras más influyentes de Asia, sobre un eventual traslado de la planta de Honda en Celaya hacia Estados Unidos para eludir la guerra comercial anunciada por Donald Trump.

El mensaje del secretario de Economía tuvo muy poco arraigo. Según pudo conocer LPO, proveedores de Honda en Guanajuato, así como también funcionarios del gobierno estatal han conversado con directivos de Honda que manifestaron la posibilidad de trasladar su producción hacia el norte.

Según se comenta en el sector automotor, Honda, que fue de las primeras armadoras en anunciar su intención de fabricar autos en EU, busca terminar con la incertidumbre arancelaria y por eso la decisión de ir en sintonía con Trump.

Un movimiento que va de la mano con las conversaciones de esta semana entre Trump y el primer ministro japones Shigeru Ishiba.

Ebrard, que tiene un entendimiento de los medios de comunicación anclado en dinámicas de los años 90, calculó que su palabra bastaba para desactivar especulaciones, pero, por el contrario, estas no han hecho más que ir al alza. Ahora, al caso Honda, se suma el de Audi.

El viernes se conoció que el grupo automotor Volkswagen está negociando un posible acuerdo con Trump. En una entrevista con el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ), el director general del grupo, Oliver Blume, dijo que una posibilidad es que la producción de la marca Audi se lleva a cabo en Estados Unidos.

"Queremos seguir expandiéndonos. La marca Volkswagen tiene oportunidades en su cartera de productos. Para Audi, la producción en Estados Unidos sería un paso de desarrollo en el marco de nuestra estrategia", dijo Blume.

Casi dos tercios de los vehículos Volkswagen vendidos en ese país fueron importados, la mayoría de México. La marca Audi, de hecho, provee al mercado estadunidense sólo con coches importados.