Petróleos Mexicanos (Pemex) cerró el tercer trimestre del año con una pérdida de 161 mil millones de pesos y sin lograr cumplir sus objetivos de producción de hidrocarburos. Se trata del último tramo de la gestión de Octavio Romero como director de Pemex en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.

El expresidente mexicano hizo como una de sus mayores promesas el rescate de la petrolera mexicana: prometió que se acabaría la corrupción, reduciría la deuda financiera, mejoraría su operación y con ello incrementaría la producción petrolera para el consumo nacional más que el externo, con la modernización de las refinerías existentes y construcción de plantas nuevas.

Sin embargo, a lo largo de estos seis años el resultado terminó en pérdidas financieras, con una deuda que si bien es menor a los 100 mil millones de dólares, sigue colocando a Pemex como una de las petrolera más endeudadas a nivel mundial, además de perder el grado de inversión.

La empresa justificó que el resultado se explica por una pérdida cambiaria por 130 mil millones de pesos, la cual fue causada por la depreciación de 6.8% del peso contra el dólar.

"Adicionalmente se presentó un deterioro de activos por 34 mil millones de pesos, esto como resultado de la medición de variables asociadas al desempeño de estos", agregó.

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En los resultados financieros publicados este martes a sus inversionistas, la petrolera también anunció que siguió con el cumplimiento de reducir la deuda, que en este periodo se ubicó en 97, 309 millones de dólares, frente a los 99,391 millones de pesos, reportados en el trimestre anterior inmediato.

Eso, en medio de una estrategia de apoyos por parte del gobierno de López Obrador, que implicaron transferencias a la petrolera por 145 mil millones de pesos desde enero hasta septiembre. Además, el gobierno anterior aligeró su carga fiscal, con lo que durante este periodo Pemex solo pagó a la Secretaría de Hacienda 6 mil millones de pesos, contrastando con los 24.7 millones que pagó el año anterior.

En cuanto a la producción de crudo y condensados de Pemex sumó 1.76 millones de barriles por día (bpd) al cierre tercer trimestre, una baja interanual de 5.7 por ciento, lo cual resultó por debajo del objetivo de 2 millones de barriles diarios.

La petrolera afirmó que esta diminución se debió a la declinación natural de campos como Maloob y Zaap, así como retrasos en la instalación de la infraestructura marina condiciones climatológicas adversas que afectaron las operaciones y retrasos en la terminación de pozos complejos debido a la profundidad, presión y temperatura.