
Claudia Sheinbaum y la nueva administración de Pemex a cargo de VÃctor RodrÃguez buscan avanzar con el pago a proveedores para recuperar la productividad de la empresa petrolera, sin embargo, la orden de Palacio Nacional es dejar en stand-by el gasto en la refinerÃa de Dos Bocas, una de las obras emblema del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, cuyo costo fue el doble que el presupuestado al inicio: algo más de 19,000 millones de dólares.
Fuentes consultadas confirmaron a LPO que la presidenta no quiere destinarle más recursos en su búsqueda por recortar los adeudos de Pemex. El secretario de Hacienda Edgar Amador ha puesto como prioridad saldar la deuda con proveedores, que supera los 20,000 millones de dólares y que tendrÃa supuestos componentes fraudulentos heredados de la gestión de Octavio Romero.
Con nueve meses de operaciones -y a poco más de dos años de su inauguración- Dos Bocas está muy lejos de la promesa del gobierno anterior de producir y refinar 340 mil barriles diarios en 2024 y que luego recortó a 250 mil.
A pesar de que al final, el gobierno de AMO realizó un ajuste de las metas, Olmeca no ha logrado superar la producció de 48.3 mil barriles diarios alcanzados en agosto pasado, incluso las cifras demuestran el declive, pues en febrero solo alcanzó la producción de 9.9 mil barriles diarios de petrolÃferos.
Para Sheinbaum el proyecto tiene menos relevancia que para su antecesor: no solo le genera gastos que estima destinar a desahogar la deuda de la petrolera, también se trata de un proyecto que va en contrasentido de las tendencias energéticas mundiales y a las que ella suscribe, es decir, la transición energética, donde las refinerÃas van teniendo menor espacio en pos de inversiones dirigidas al mercado eléctrico.
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El proyecto de Dos Bocas estuvo a cargo de RocÃo Nahle, entonces secretaria de EnergÃa, quien le aseguró a López Obrador que era factible crear una refinerÃa en cuatro años y a un precio de solo 8000 millones de dólares. La realidad se impuso, sumado a algunas complicaciones como la pandemia por Covid 19 y la obra no se terminó al 100% en su sexenio y costó alrededor de 20 mil millones.
Según pudo saber LPO, el objetivo en el corto plazo es saldar los pasivos que Pemex tiene con proveedores del rubro en exploración y expropiación, una urgencia ya que de lo contrario, la empresa se vuelve cada vez más inoperante y por tanto, un foco rojo para las calificadoras que deben evaluar compromisos financieros atados a la SecretarÃa de Hacienda.
Vale recordar que además de la deuda a proveedores, Pemex tiene adeudos millonarios en el mercado de bonos y hay inquietud entre inversionistas sobre lo que puede ocurrir en 2026, año en que la petrolera enfrenta vencimientos de bonos por 3,600 millones de dólares.
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Incluso Barclays, que tiene una perspectiva optimista hacia el gobierno de Sheinbaum, admite que Pemex sigue siendo el gran reto para esta administraciòn y la nueva dirección de RamÃrez no ha presentado un proyecto claro de negocios que convenza al mercado de que busca sanar sus finanzas y su operación.
Además, LPO pudo saber que en medio de estas tensiones, el gobierno de Sheinbaum también busca ahorros extra para la petrolera con un recorte de 10% a los salarios de los altos mandos, una medida que también tocarÃa a la CFE.
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