Febrero y marzo serán meses intensos en Univisión, la cadena de TV en español más grande de EU pero cuyo valor se ha depreciado en los últimos años producto de una caída en las audiencias, malas adquisiciones y el crecimiento del competidor Telemundo (propiedad de NBC). Según fuentes de la cadena, en estos sesenta días quedará definida la venta de la misma y la salida de Haim Saban, empresario del entretenimiento ligado a la familia Clinton.

LPO reveló meses atrás que Saban pide por la compañía 20.000 mil millones de dólares. Su esquema es concreto: Univisión debe 7500 millones de dólares con lo cual el empresario, socio de Televisa en este negocio, cancelaría esa deuda monumental y se retiraría con algo más de lo que invirtió, junto a tres socios adicionales, para ingresar al segmento de la TV en español en EU.

La realidad es que la pretensión es casi imposible y todo se encamina a que Saban deje el negocio sin ganancia alguna. El magnate quiere retirarse urgentemente de la señal y aprovechar el año electoral en EU, cuando Univisión puede ser un actor de peso en la movilidad del voto latino.

Días atrás The Wall Street Journal reveló que hay tres grupos empresariales interesados: uno es Hemisphere Media, que opera el negocio de cable en varios estado del sur de EU, otro interesado es el fondo californiano Platinum Equity y el tercero es el financiero Wade Davis, un ex ejecutivo top de Viacom y muy ligado al partido demócrata. Este último, según pudo conocer este medio, es a quien Saban le quiere vender la empresa.

Robert Iger, presidente y CEO de Walt Disney Company, Rupert Murdoch y Haim Saban.

AP

Davis tiene relación con los Clinton, con el entorno de Barack Obama y ahora también con Joe Biden, a quien le ha organizado algunas actividades de recaudación de fondos.

Biden se está presentando como la opción centrista en un partido demócrata donde han crecido sectores ultras como Bernie Sanders o Elizabeth Warren.