Es muy notable el caso de la titular de Semarnat, Luisa María Albores. En algunos casos se muestra como una férrea defensora del Medio Ambiente, especialmente en todo lo referido al sector minero. Pero a la vez exhibe un silencio estruendoso respecto a la contaminación de Pemex, CFE o los daños ambientales que generaron el Tren Maya o la refinería de Dos Bocas. Un cálculo muy conveniente.

En esa misma sintonía es que, por estas horas, busca que Andrés Manuel López Obrador le permita avanzar con la declaración de área natural protegida sobre las 2400 hectáreas que explota la firma estadounidense Vulcan Materials en Quintana Roo.

La semana pasada, según pudo conocer LPO, Albores decía a sus allegados que hoy jueves López Obradora avanzaría en dicha dirección. El problema es que la tensión con Washington ha llegado a tal nivel (arresto de "Mayo" Zambada, reforma judicial, pusa diplomática, etc.) que actualmente la relación bilateral no resistiría el avance contra Vulcan, que además es una empresa con un fuerte cabildeo en Washington.

Senadores y congresistas de ambos partidos ya advirtieron a México sobre posibles medidas en caso de clausurar la operación de Vulcan. En los últimos dos días las comisiones de Asuntos Exteriores del Senado y de la Cámara de Representantes se lanzaron contra la reforma judicial que impulsa la 4T.

Este jueves el presidente evitó cualquier pronunciamiento, contrario a lo que impulsaba Albores, y dijo, en cambio, que esepra tener una buena relación con EU.

Para la titular de Semarnat el costo de esta cruzada es nulo porque, según ella misma admite, no tendría lugar en un eventual gabinete de Claudia Sheinbaum. Y es que allí existe un conocimiento sobre los temas ambientales que no resistiría una óptica tan selectiva como la de Albores.