
Carlos Slim, el hombre más rico de México, conversó durante cuatro horas con periodistas y, sin embargo, a diferencia de otras ocasiones, esta vez no hubo un móvil claro en la convocatoria. Slim se dedicó durante horas a explicar, con diverso grado de detalle, el origen de su patrimonio.
Cerca del magnate comentaron a LPO que en realidad el objetivo era, sin nombrarlo, responderle a Ellon Musk, empresario e integrante del gobierno de Donald Trump, que en redes sociales sugirió que la fortuna de Slim tenÃa origen espurio y vinculaciones inquietantes.
El mensaje de Musk fue un golpe muy duro para Slim. El empresario viajó a Washington el mes pasado para mostrarse cercano a la administración republicana y, además de no lograr ese cometido, se retiró con el agravio de uno de los principales interlocutores de la Casa Blanca.
Asà las cosas, Slim primero iba a realizar una conferencia para dar su perspectiva de como negociar con Trump. En lugar de eso, todo giró en torno a desmentir a Musk y alejarse de Trump, cuyo plan de aranceles descalificó.
El otro motivo de la conferencia fue el de mostrar alineamiento con Claudia Sheinbaum. Curioso, porque hace un año la intención era la de rechazar cualquier vinculación con el oficialismo y sus negocios.
Ahora Slim salió a apoyar el Plan México y les pidió a los empresarios apostar por Norteamérica. Es un movimiento muy calculado porque Slim conoce la temperatura del empresariado y está al tanto de aquellas voces que dicen que el apoyo de las últimas semanas a Sheinbaum, frente al vendaval Trump, no se ha visto correspondido con una mejor interacción con el Gobierno.
Frente a esa realidad, Slim respalda al Gobierno y elogia el rumbo actual. Ahora resta por observar hasta qué punto su conglomerado apostará por el paÃs y no por otros mercados como Sudamérica, España o Estados Unidos.
El punto más complicado, según quienes tratan con Slim, fue el de la crÃtica a los ganadores del Premio Nobel, los economistas Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson, por capÃtulo en su libro ‘Por qué fracasan los paÃses', en el cual señalan lo evidente: que la fortuna de Slim no es producto de la innovación o el talento disruptivo, sino más bien, del capitalismo de amigos tan recurrente en América Latina.
En ese pasaje Slim se mostró altanero, molesto y, sobretodo, muy intolerante a la crÃtica. El dueño de Telmex, en el tramo final de su trayectoria empresarial, pareciera que busca el reconocimiento similar al que ostentan los magnates de Estados Unidos vinculados a la tecnologÃa, cuando ninguno de los valores de esas fortunas aparece en las prácticas empresariales de Slim.
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