México registró un superávit de 206 millones de dólares en el segundo trimestre del año, una mejora frente al déficit de 911 millones reportado un año antes. Aunque la cifra marca un signo positivo, su magnitud equivale apenas al 0.04% del PIB, por lo que aún no puede considerarse un cambio estructural.
La cuenta corriente refleja el balance de lo que el paÃs gana y gasta con el mundo. Se compone de cuatro rubros: exportaciones e importaciones de bienes, de servicios (como turismo o transporte), el ingreso primario (utilidades y dividendos que empresas extranjeras se llevan de México, más los intereses de la deuda externa), e ingresos secundarios (transferencias corrientes sin contrapartida productiva como las remesas). Cuando la suma de esos flujos es positiva, se habla de superávit; cuando es negativa, de déficit.
El superávit del segundo trimestre respondió principalmente a la fortaleza de las exportaciones no petroleras, que generaron un saldo positivo de 8,893 millones de dólares, y al flujo de remesas de 15,305 millones, que aún con una caÃda anual de más de 11% siguieron siendo un soporte clave en la cuenta corriente.
Estos ingresos compensaron parcialmente el fuerte déficit por servicios y, sobre todo, el histórico saldo negativo en el rubro de ingreso primario (15,898 millones), presionado por mayores utilidades enviadas al exterior.
El panorama se complica al observar la cuenta financiera. México tuvo una salida neta de capitales al resto del mundo por 1,253 millones de dólares, por salidas por inversión de cartera y derivados mayores a la inversión extranjera directa. Hubo entradas de inversión extranjera directa, que sumaron casi once mil millones en el trimestre, pero la mayor parte correspondió a reinversión de utilidades y no a nuevos proyectos productivos. En paralelo, se registraron salidas importantes en inversión de cartera y derivados financieros.
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Este rubro dejó un flujo neto de 5,850 millones, impulsado por reinversión de utilidades, mientras el componente de nuevas inversiones se mantiene rezagado. En términos anuales, la Inversión Extranjera Directa alcanzó 10,847 millones, un repunte de 68.5% respecto al mismo trimestre de 2024, pero explicado en gran medida por utilidades retenidas y no por nuevos proyectos productivos.
Analistas de Banamex señalan que el déficit del resultado primario hizo que la cifra observada quede muy por debajo de sus proyecciones y advierten que hacia el cierre del año la cuenta corriente volverá a terreno deficitario, en torno al -0.4% del PIB, en un contexto de menor dinamismo en Estados Unidos, moderación de exportaciones y menores remesas.
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