Durante 2022 la inflación general tuvo su registro más alto en más de diez años, cerrando en 7.82%, debido principalmente a presiones externas derivadas de la pandemia y la guerra en Ucrania que elevaron los precios de las materias primas, además de complicaciones en las cadenas de suministro, sin embargo, las señales parecen apuntar a un descenso para este año.

Durante diciembre, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) mostró un ligero repunte respecto al nivel de 7.80% de noviembre, sin embargo, el dato que publicó este lunes por INEGI, es menor al pronóstico del consenso. A nivel mensual, la tasa inflacionaria fue de 0.38%.

A lo largo del año, los energéticos mostraron el menor ascenso, derivado de las políticas aplicadas por el gobierno para contener la escalada inflacionaria a través de la aplicación del estímulo fiscal al IEPS en gasolinas y al control de precios de gas LP. En diciembre, ambos componentes tuvieron una baja de 4.91% y 1.06%, respectivamente.

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En contraparte, las mercancías alimentarias y los productos pecuarios se volvieron el principal reto, subiendo mes con mes debido a las disrupciones generadas por la guerra en Ucrania, como cambios en las condiciones climáticas y un repunte de la demanda. En materia de alimentos, el gobierno también implementó medidas para controlar el precio de la canasta básica, sin embargo, tuvo poco efecto en el INPC, además de que forma parte de la inflación subyacente, el elemento que proyecta la ruta inflacionaria en el mediano y largo plazo.

Para diciembre, la subyacente ya está dando señales más claras de ir a la baja. Si bien los analistas reconocen que aun enfrenta una serie de retos para este año, estos van perdiendo fuerza en contraste con 2022 luego de que en el último mes de ese año tuvo su primer descenso anual en 25 meses, al pasar de 8.51 a 8.35%, aun un nivel elevado.

Los especialistas coinciden en que este año los retos que han empujado al alza a la inflación se están diluyendo visiblemente, por lo que es esperable que la inflación empiece a descender. De acuerdo con el más reciente consenso de Citibanamex, al cierre de 2023 se ubicará en 5.02%, lo que resulta en un ligero ajuste a la baja desde el 5.10 esperado un mes antes.

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Se trata de un nivel aun alejado del objetivo de Banco de México que es de 3% por lo cual los especialistas coinciden en que el país aún se enfrentará un año más con un nivel de tasas restrictivo.

Algunos analistas de instituciones como Credit Suisse o Bank of America consideran que será a mediados de año cuando termine con su ciclo alcista -es decir, se espera al menos otra alza más en febrero- pero la ruta de relajamiento aún sería lenta, con lo que el año podría cerrar en un nivel cercano al 11%.