En la noche de este lunes no se registraba buen ambiente en el Museo Soumaya, donde Marcelo Ebrard intentó llevar tranquilidad a los empresarios respecto a la reforma judicial y, en paralelo, defender el T-MEC.
Los asistentes abandonaron la cena previa al CEO Dialogue con la tesis de que existe un doble discurso muy preocupante en el Gobierno y que tiene su foco en el secretario de EconomÃa: Ebrard en privado prometió varias veces matizar la reforma y en su discurso de anoche se dedicó a criticar al Poder Judicial como si la nueva normativa aprobada por Andrés Manuel López Obrador fuera la respuesta a algún tipo de problemática.
A los asistentes les sorprendió además la prisa que tiene el nuevo Gobierno por impulsar una reforma eléctrica que también serÃa violatoria del T-MEC, especialmente en lo referido a las cuotas de mercado asignadas a los privados y a la CFE.
Hubo otras cuestiones paralelas que no contribuyeron. Una hora antes de la cena Katherine Tai, representante comercial de la Casa Blanca, cuestionó la seguridad jurÃdica en México. Una funcionaria que da muy pocas entrevistas aprovechó para explayarse en Bloomberg y, de paso, quedó en evidencia porque en el CEO Dialogue no hay funcionarios de peso de la administración demócrata.
Del gobierno de Joe Biden solo estuvo el embajador Ken Salazar, que dejará la representación aún en el caso de que el próximo 5 de noviembre se imponga Kamala Harris. Se podrÃa decir que estos eventos le funcionan como sus compromisos de despedida.
Otras dos señales complicadas. Ricardo Monreal incluyó, en una entrevista, al IFT entre los organismos autónomos a desaparecer, justamente, el que más protegido se encuentra por el T.MEC.
En tanto, también este lunes, el SAT emitió una reglamentación que afecta de lleno al sector exportador y que le complica sus márgenes de utilidades. La reglamentación apareció publicada sin que hubiera aviso preliminar alguno.
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