Economía
Preocupación porque la inflación tomó su propia inercia: "Ya no es sólo por el shock externo"
Así como la inflación de febrero marcó una leve desaceleración, la tasa subyacente se mantiene al alza. Las causas se encuentran en la economía doméstica.

El fenómeno inflacionario actual es una novedad en la historia económica de México. Si bien se origina en la disparada de los precios internacionales producto del conflicto bélico en Ucrania, ahora muestra componentes particulares de la economía doméstica que comienzan a alterar los diagnósticos clásicos sobre sus causas, así como las herramientas útiles como anclas para contenerla.

En México, como en el resto de las economías del mundo, el alza de la cotización internacional de alimentos y combustibles, impactó fuerte a nivel local. En este sentido cabe destacar que fue precisamente México el país que mediante un gigantesco esfuerzo del erario público, mediante subsidios y recortes impositivos, logró contener el alza del precio de los combustibles en el mercado local.

De hecho México registró la inflación de energéticos más baja del 2022 entre los países que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El incremento total de la electricidad y combustibles fue de 3% anual, casi una sexta parte del 18.4% que promedió el resto de los países.

Respiro para la inflación: durante febrero cedió a tasa anual en 7.62% 

Si bien el último indicador de la tasa de inflación muestra una desaceleración respecto al mes anterior, al ubicarse en 7.62% en febrero, respecto al 7.91% que se registró en enero, es dato que lo que se conoce como inflación subyacente se ubicó en el 8.29%, con un incremento del 0.61% mensual.

Con estos números desde el Centro de Investigación Políticas Públicas estimaron que "la inflación en México todavía no muestra evidencia de haber entrado ya en una trayectoria decreciente".

La inflación en México todavía no muestra evidencia de haber entrado ya en una trayectoria decreciente.

Lo relevante para el caso es que la inflación subyacente es aquella que pondera la evolución de los precios quitando precisamente los más volátiles como son las materias primas y energía. En concreto la inflación subyacente sirve a los países para conocer cuál es la evolución de los precios con independencia de los eventos coyunturales o transitorios, muchas veces externos, y, de ese modo, implementar y medir con mayor rapidez los resultados de sus políticas económicas internas.

Es por eso mismo que el desempeño de la inflación subyacente enciende las alarmas en distintos estamentos del gobierno nacional. De hecho, el Banco Central en su último informe atribuyó las causas de la inflación tanto a la persistencia de presiones provenientes de los precios de las materias primas, como a la recuperación del mercado laboral y la actividad económica. Esto último introduce factores internos que incrementa la complejidad a la hora de dar con un diagnóstico.

Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del Banco de México.

En el mismo informe el Banco de México incluye los resultados de una encuesta entre empresarios, en la que responden sobre los factores que están aumentando los costos. Si bien los precios de los insumos de producción son señalados como el componente que ejerce mayor presión sobre los precios, el 79% de las empresas encuestadas reportan que los salarios han incrementado sus costos. Además, según su lectura anticipan que las presiones se acentuarán a inicios de 2023.

Con estas expresiones, tanto el Banco Central como el empresariado mexicano, están reconociendo que al shock internacional del precio de las materias primas, tanto alimentos como energía, se le suman nuevos causales a la tendencia inflacionaria vinculados estrechamente con la economía doméstica.

Aunque la suba generalizada de precios se dispara por un episodio puntual y temporal, produce un efecto cascada en el resto de la economía. Requiere políticas específicas para conducir las expectativas ante coberturas inerciales y mediar en la puja distributiva.

Ante la complejidad del fenómeno inflacionario en México, LPO consultó a economistas argentinos que se destacan como expertos en la materia. Nicolas Pertierra del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO) explicó que "si bien la suba generalizada de precios se dispara por un episodio puntual y temporal, produce un efecto cascada en el resto de la economía que requiere políticas específicas para conducir las expectativas antes coberturas inerciales y mediar en la puja distributiva con remarcación de precios consecuente con la suba de salarios". 

Sobre el factor de inflación inercial, fue específico el ejemplo que detalló el consultor Arturo Carranza: "El empresario mexicano sabe que así sea que el precio internacional de los combustibles fósiles vuele por el aire, el precio de la gasolina no va a mostrar saltos abruptos gracias a los subsidios y reducciones impositivas; al mismo tiempo sabe que así caiga su valor de importación no van a bajar de precio en la doméstica, para compensar esas transferencias. Entonces el empresario mexicano proyecta su estructura de costos considerando un incremental progresivo para su consumo de energía que se traslada a precios" explicó a LPO este especialista.

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