En los últimos días, HSBC mantuvo una extensa comunicación con sus clientes para buscar intentar calmar la inquietud que suscitó la ocupación de la Marina en instalaciones de Grupo México y la declinación de la venta de Banamex. El banco rápidamente envió un mensaje que buscó afianzar la confianza sobre el clima económico y político del país.

Para los últimos días de la semana pasada, el banco se encargó de avisar a sus grandes clientes que mantenían una valuación positiva sobre la situación del país: sin riesgo de expropiaciones ni tambaleos para la economía en el contexto de la sucesión presidencial que se disputará el próximo año.

La acción de respaldo por parte del banco fue fue casi inmediata a la decisión de Citigroup de no vender Banamex y optar por una oferta pública en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que se estima ocurra en 2025, con lo que Germán Larrea quedó fuera de la jugada.

Larrea acordó con AMLO por las vías para Corredor del Istmo pero Citi desiste de venderle Banamex

El ambiente entonces estaba bastante agitado ante el decreto de López Obrador para ocupar un tramo de líneas férreas para el tren del Istmo, uno de los proyectos de conexión portuaria más importantes de esta administración. El gobierno argumentó que la acción era en beneficio de una obra pública, sin embargo, en el sector privado creció un ánimo de aversión ante la posibilidad de enfrentar otras decisiones expropiatorias. Una preocupación que también tocó al sector bancario.

Si bien la relación entre HSBC y la 4T empezó con turbulencias, con una postura más bien crítica desde los análisis económicos de esta institución sobre la política económica y energética del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, al final han logrado importantes acercamientos, pues la institución ha visto ventanas de oportunidad para sus negocios.

Basta recordar el interés del banco por los proyectos que se gestarán en el sureste del país y también fue clave para los acuerdos compensatorios tras la cancelación del aeropuerto de Texcoco.