Andrés Manuel López Obrador quiere que la Junta de Gobierno de Banxico se acople a la austeridad del resto del gabinete. El tema se conversa en Palacio Nacional desde el viernes pasado y del mismo ya fue informada Verónica Rodríguez Ceja. Los salarios de los subgobernadores rebasan los 300 mil pesos mensuales. Los amparos presentados ante la Suprema Corte de momento los resguardan, algo similar a lo que sucede en el INE.

El presidente en realidad pretende que toda la burocracia de Banxico se ajuste los sueldos pero ya se le explicó que es imposible sin un cambio de fondo en la legislación laboral. Hacerlo implicaría innumerables litigios judiciales. 

El tema ganó impulso en la arena mediática la semana cuando el portal oficialista Contralínea, digitado a diario desde la oficina de Jesús Ramírez Cuevas, publicó un extenso articulo sobre los gastos en Banxico.

La alternativa sería que la Junta de Gobierno haga un acuerdo desde su interior para que tanto Rodríguez Ceja como los subgobernadores acepten bajar sus salarios. Sería algo simbólico, de nulo impacto en los egresos pero al fin de cuentas una señal que la 4T pretende enviar.

Ese acuerdo, según deslizan desde Palacio Nacional a LPO, es resistido por el subgobernador Gerardo Esquivel, quien suele decir que en realidad hasta deberían tener mejores salarios, si se compara con los bancos centrales de otros países del G-20 o la OCDE.

La relación de Esquivel con el Gobierno está fulminada desde el entendimiento de que el subgobernador pertenence al grupo de economistas que salieron mal de la administración como son los casos de Carlos Urzúa o Arturo Herrera.

Esquivel contradijo a López Obrador sobre la disponibilidad de reservas del Banxico, ha sido muy duro sobre los planes de obras del Gobierno y, como corolario, tiene en su despacho de Banxico como colaborador permanente a Amador Zamora, un ex funcionario de Miguel Ángel Mancera.