
Desde el lunes circula un comentario en la Asociación de Bancos de México: algunas de las principales entidades con operación en el paÃs ya recurrieron a sus despachos de cabildeo en Washington para tender un pueste con el Departamento del Tesoro y asà evitar un señalamiento de supuesta colusión con el narcotráfico.
Un movimiento que busca ganar tiempo a las gestiones realizadas por el Gobierno de Claudia Sheinbaum y que vuelve a denotar, evidentemente, que en el sector no termina de existir una confianza absoluta en la capacidad del secretario de Hacienda Edgar Amador para sortear el vendaval generado por las acusaciones a Vector, Intercam y CI Banco.
México es un negocio vital para diversas casas matrices, basta con observar los ejemplos de Santander o BBVA, para cuya operación fuera de España las utilidades obtenidas en el paÃs son cruciales.
A fin de evitar dolores de cabeza es que ya comenzaron las gestiones en Washington, en este sentido, aparece el despacho de cabildeo Ballard, una firma con origen en Florida pero que tiene fuertes nexos con el staff de Donald Trump, entre ellos, la jefa de gabinete de la Casa Blanca Susie Wiles, la fiscal general Pam Bondi y el secretario de Estado Marco Rubio.
No es casualidad, según reveló el matutino Reforma, que Ballard acaba de abrir una representación en la Ciudad de México.
Estas gestiones, según pudo conocer LPO, pretenden que el Tesoro ofrezca una guÃa detallada para evitar señalamientos, incluso al punto de que la dependencia pueda designar veedores especializados en el combate al lavado de activos en la estructura de los bancos. Un esquema similar al que se aplicó en HSBC cuando se descubrió, años atrás, que el banco operaba recursos del Cártel de Sinaloa.
Esta voluntad de colaborar se extiende a las entidades ya afectadas. Para entender: ayer martes en el corporativo de Vector en San Pedro Garza GarcÃa se habló de la posibilidad de que diversos ejecutivos se declaren culpables en EU, acepten pagar multas y se puedan iniciar procesos de supervisión que permitan reflotar una firma que vive horas crÃticas.
Y es que el señalamiento del Tesoro ya ha demostrado ser fulminante: una gran entidad no tendrÃa mucha más salida que desprenderse de su operación en México para evitar una descapitalización acelerada, un movimiento que luce complejo si se considera el antecedente de Citigroup intentando vender su negocio local.
Los bancos pretenden que su relación con Estados Unidos quede intacta más allá de las tensiones de una relación bilateral que atraviesa horas bajas.
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