Como efecto dominó, las calificaciones crediticias de Pemex y CFE también fueron afectadas por Moody's tras la baja en la calificación crediticia para México, considerando las fuertes presiones financieras que ambas presentan y su dependencia con el gobierno federal.

Fue el pasado viernes cuando la calificadora anunció una baja en la nota crediticia a Baa2, considerando presiones a falta de colchones fiscales, apoyo a las dos empresas energéticas y el riesgo de enfrentar mayores intereses, destacando su crítica a las políticas que han deteriorado la confianza en la inversión, lo que en su análisis, ha mermado la recuperación económica.

Por otro lado, mejoró su perspectiva a estable, eso al reconocer que ha habido un manejo prudente a nivel macroeconómico lo que ha permitido que la deuda se mantenga estable respecto al Producto Interno Bruto (PIB).

Moody's: "Dinámicas negativas para la inversión mermaron la recuperación esperada hace un año"

En este contexto, esta semana anunció primero la reducción en la nota para Petróleos Mexicanos y este martes para la Comisión Federal de Electricidad (CFE), argumentando que era efecto de la nota de México "dado la importancia crítica de la fortaleza y el apoyo financiero del gobierno".

El golpe más fuerte fue para la petrolera mexicana, al pasar de B1 desde Ba3, con perspectiva ‘estable', lo que implica que su calificación está en terreno altamente especulativo, mostrando su falta de confianza en el plan de negocios bajo la dirección de Octavio Romero Oropeza.

Y es que los analistas de la calificadora consideran que entre 2022 y 2024 la compañía sólo podrá mantener la producción y las reservas en los niveles actuales dada su incapacidad para invertir mayores sumas de capital en exploración y producción.

"Moody's estima que Pemex tendrá un flujo de efectivo libre negativo sustancial en los próximos 12 a 18 meses, impulsado por una generación operativa de efectivo insuficiente para pagar gastos de intereses, impuestos y gastos de capital", añadió.

Aunque, por otro lado, precisó que la perspectiva estable responde a que se espera que la estrategia comercial y el perfil financiero de la empresa permanecerán sin cambios en los próximos 12 a 18 meses; también considera la perspectiva estable actual de las calificaciones de México.

En el caso de CFE, pasó de Baa2 desde Baa1 y cambió la perspectiva de la calificación a estable desde negativa", precisó la calificadora, en este caso aun en el grado de inversión.

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 Detalló que está baja representa una expectativa de respaldo fuerte del gobierno a la empresa en caso de dificultades financieras y una dependencia de incumplimiento muy alta entre CFE y el gobierno mexicano, además de la expectativa de que su desempeño financiero independiente probablemente seguirá siendo débil en los próximos 18 a 24 meses en medio de un entorno de altos precios del gas natural y desafíos relacionados con su gran programa de gasto de capital que requerirá financiamiento de deuda.

A pesar de estas bajas, se estima poco probable que puedan venir otros movimientos a la baja, pues ayer, en conferencia, Renzo Merino, vicepresidente senior de Moody´s, aclaró que no prevén otra baja en la nota de México en lo que resta del sexenio, lo que repercutirá también en ambas empresas.