Los choques para la inflación llevarán a Banxico a elevar la tasa a niveles muy cercanos al 10% de acuerdo con los sondeos en el mercado financiero, en donde también destaca la proyección de que este entorno dificultará aun más el crecimiento económico en 2023.

En el ultimo consenso del IMEF correspondiente a julio con 37 miembros de su comité destaca el pronóstico de que Banco de México cerrará el 2022 con una tasa de 9.50%, en un contexto donde la inflación parece no haber tocado su pico y en Estados Unidos la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) podría ver presiones que lo llevaran a realizar alzas bastante restrictivas de no menos de 75 puntos base.

Y es que de acuerdo con estos especialistas, la inflación cerrará el año en 7.7% y la proyección para el Producto Interno Bruto (PIB) prevalece en 1.8%m en donde caben proyecciones que van desde el 1 al 2.3% en el caso más optimista. Por ejemplo, este jueves desde BBVA señalaron que es posible esperar un crecimiento de 2% ante el desempeño de la primera mitad del año.

Banxico confirma que podrían seguir con elevadas alzas a la tasa de interés

Pero para 2023 la perspectiva no luce más optimista y el consenso es claro en eso. De acuerdo con los especialistas de BBVA, será a finales de este año y durante el 2023 cuando se resientan más el aumento de tasas entre otros retos económicos y en ese sentido también coinciden los especialistas en recortar el pronóstico de crecimiento.

De acuerdo con la encuesta del IMEF, publicada este jueves, Banxico tendría espacio para algún recorte, llevando la tasa al 9.25%, con una inflación que ya comenzará una ruta descendente, aunque aún insuficiente para el objetivo de Banxico, pues prevén que se ubique en 4.5%. Así, el pronóstico de crecimiento es de 1.8%.

En una ruta similar, BBVA también redujo su proyección para la economía mexicana al pasar del 2.1 al 1.6%. Es un panorama que también considera la desaceleración económica en Estados Unidos o, en opinión de Saidé Salazar, economista en jefe de esta institución, se tratará de una "recesión ligera"; mientras que las altas tasas de interés serán el choque interno en consumo.