Con la presentación del Paquete Económico 2026, el gobierno de Claudia Sheinbaum logró esquivar el fantasma de la reforma fiscal, pero rediseñó la política de ingresos para recaudar más sin aumentar la deuda pública por encima del 60%, umbral a partir del cual las agencias suelen retirar el grado de inversión y clasificar la deuda como especulativa.

El presupuesto prevé ingresos por 8.7 billones de pesos, un aumento real de 6.3% respecto al cierre estimado de 2025. Este crecimiento se explica principalmente por mayores ingresos tributarios, que subirán 5.7% gracias a cambios en impuestos ya existentes y a nuevos gravámenes con objetivos que el gobierno llama extrafiscales.

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Uno de los puntos más comentados por analistas y medios de comunicación es el incremento del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a bebidas saborizadas, tabaco, apuestas y hasta videojuegos con contenido violento. Para los refrescos, la cuota subirá 85%, incluyendo las que usan edulcorantes no calóricos. En el caso del tabaco, se elevará la tasa ad valorem de 160 a 200% y se creará un impuesto específico para las nuevas bolsas de nicotina. Las apuestas en línea pagarán 50% de IEPS y los videojuegos violentos un 8%.

El argumento oficial es de salud pública: el consumo de estos productos está ligado a enfermedades crónicas y altos costos médicos. Sin embargo, la Asociación Mexicana de Bebidas advirtió que el consumo es inelástico, es decir, no cae al ritmo que suben los precios, por lo que afectará más a hogares de bajos ingresos sin reducir de manera significativa los problemas de obesidad.

El paquete también contempla medidas para cerrar espacios de evasión y elusión fiscal. Se unificará la retención de impuestos en plataformas digitales, se impondrán obligaciones más claras a las fintech y se limitarán deducciones de bancos, todo con la idea de hacer más equitativo el sistema. Además, se fijarán nuevas tasas de recargos para créditos fiscales y se actualizarán retenciones sobre intereses y operaciones financieras.

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Un punto novedoso es la repatriación de capitales: quienes traigan recursos desde el extranjero antes de septiembre de 2025 pagarán un ISR reducido de 15%, con la condición de que lo inviertan al menos tres años en el país.

El gobierno espera así atraer fondos para proyectos productivos y dinamizar la economía sin elevar la deuda pública, que en 2026 se mantendría en 52.3% del PIB.

En conjunto, estos cambios permitirán aumentar los ingresos en más de 500,000 millones de pesos respecto a 2025.