El mercado laboral atraviesa su momento más débil desde septiembre pasado. En agosto, la tasa de desempleo fue de 2.9%, el nivel más alto en casi un año y por encima del 2.8% registrado en julio. La población ocupada alcanzó los 59.5 millones de personas, 201 mil menos que hace un año, con pérdidas concentradas en la construcción y el sector agropecuario, que fueron compensadas parcialmente por el dinamismo del sector comercio y servicios.
La Población Económicamente Activa (PEA) cayó a 61.3 millones de personas, 274,000 menos que en agosto del 2024. Una baja en la PEA puede deberse al llamado efecto desaliento: personas que, ante la falta de oportunidades, dejan de buscar trabajo y salen de las estadÃsticas. En esos casos, la tasa puede moverse por efecto matemático y no porque haya más o menos empleos reales.
Por sectores, la agricultura perdió 524,000 puestos y la construcción otros 105,000 dado el párate de la inversión pública, que actúa como efecto multiplicador de la obra privada. La industria manufacturera apenas sumó 9,180 empleos en el último año, un avance mÃnimo frente al objetivo del Plan México que busca generar 1.5 millones de empleos industriales estratégicos hacia 2030 para aprovechar el nearshoring. Para cumplir esa meta serÃan necesarios 250,000 empleos industriales por año, muy lejos del ritmo actual.
El motor del empleo fue otra vez el sector terciario. Transporte y comunicaciones crearon 302 ,000 puestos, comercio 163,000 y servicios sociales 40 ,000.
Los recortes de Banxico no son suficientes para acelerar el crecimiento
La informalidad subió a 54.8% de los ocupados, frente al 54.3% de hace un año. Eso significa que 32.6 millones de personas trabajan sin seguridad social ni condiciones laborales formales.
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