
Cada vez suena más fuerte en el entorno económico y polÃtico la posibilidad de que el gobierno nacionalice parte de la deuda financiera de la petrolera estatal Pemex. Pero para el secretario de Hacienda, Edgar Amador, hay una urgencia previa que no se puede ignorar: la deuda con proveedores.
Según pudo saber LPO, Amador transmitió a su equipo más cercano que no es viable discutir una reestructura de la deuda financiera de Pemex -que representa más del 6% del PIB mexicano - sin antes resolver los pasivos con contratistas. Incluso habrÃa advertido que cerca del 40% de las facturas que se presentan tienen irregularidades, ya que corresponden a servicios que no fueron efectivamente prestados.
El diagnóstico interno coincide con una creciente alarma en el sector energético. La Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (AMESPAC), que agrupa a firmas como Baker Hughes, Halliburton, Weatherford, SLB y Grupo México, envió a mediados de mes una carta a la presidenta Claudia Sheinbaum en la que habla de una "crisis sin precedentes" por los adeudos de Pemex. Advierten que muchas compañÃas podrÃan detener operaciones a partir de julio si no se les paga.
Al primer trimestre de 2025, Pemex mantiene una deuda de alrededor de 404,000 millones de pesos ( el equivalente a 21,000 millones de dólares) con proveedores y contratistas. Esta situación se da a pesar de que la petrolera ha recibido múltiples inyecciones de capital público en los últimos años para enfrentar amortizaciones de deuda financiera.
En su carta, AMESPAC exigió a Pemex liberar la facturación por servicios prestados en 2024, garantizar pagos regulares para 2025 y diseñar un plan para saldar los adeudos históricos. "Su flujo de caja está seriamente comprometido y en la mayorÃa de los casos no pueden garantizar la continuidad operativa a partir de julio", dice el texto.
Para Amador, cualquier intento de rescatar la deuda financiera de Pemex sin limpiar primero las cuentas con los proveedores -y validar qué facturas son legÃtimas- serÃa polÃticamente inviable y fiscalmente riesgoso.
La situación también tiene impacto sobre la producción nacional de hidrocarburos, que sigue en caÃda. "México produce hoy lo mismo que en 1979. El modelo de Pemex está agotado. Tiene campos en declive y no cuenta ni con los recursos ni con la tecnologÃa para invertir en aguas profundas o yacimientos no convencionales, que es donde hoy se encuentra el recurso", advirtió en diálogo con LPO Óscar Ocampo, director de Desarrollo Económico del IMCO.
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